He Dicho

Confirmaciones más que ensayos

Lo que presente México en su once inicial en el juego amistoso contra Dinamarca, deberá ser muy parecido a lo que veamos ante Alemania, escribe Miguel Gurwitz.

Llegamos a Rusia, a Moscú. Nos recibe como casi siempre: espectacular, imponente, pero fría, frío de verano, sí, pero también de futbol, de sabor a Mundial, de fiesta, de alegría, de ilusión por albergar el evento deportivo más importante del mundo.

Quizá el desinterés generado por una Selección local que no aspira a mucho y tampoco le provoca al aficionado. Quizá porque falta todavía una semana o quizá porque así como Brasil es Brasil... el ruso es ruso, con lo que esto implica. Pero irá calentando, no me queda la menor duda.

Y hablando de dudar, que Juan Carlos Osorio espere hasta el último minuto disponible a Diego Reyes no debería sorprender a nadie, ha sido y será su gran comodín, al grado de que parece sacrificar el poco tiempo de trabajo con el que se cuenta para una Copa del Mundo.

Y lo sacrifica porque uno pensaría que para el estreno ante Alemania debería de poner el mejor once posible, el más capaz, el más competitivo y el de mejor ritmo, de lo que claramente carece a estas alturas el jugador del Porto después de cinco semanas sin hacer futbol.

El juego ante Dinamarca era el límite y parece haber superado el reto al entrenar con el equipo un día antes, pero una cosa es el alta médica y la otra estar como se debe para el inicio de un Mundial.

Una prueba más que el entrenador le es fiel a sus pensamientos.

Dinamarca parece un buen sinodal para cerrar los ensayos: un equipo mundialista serio, ordenado y con pretensiones dentro del Grupo C que comparte con Francia, Perú y Australia. Un último ensayo que debería de servir, a mi entender, para clarificar cualquier duda para el debut del siguiente domingo, es decir, en el reino donde habita el sentido común, lo que presente México en su once inicial deberá ser muy parecido a lo que veamos ante Alemania.

Eso debería reflejar este amistoso: un simulacro más que otro experimento, más que una última sesión de prueba. Algo que parezca real y que permita establecer un parámetro que se acerque más a la realidad y saber, de una u otra manera, si lo que se ha practicado está funcionando o no.

Para la teoría del 'ensayo y error' el tiempo debería haberse esfumado hace algunos entrenamientos, hoy deberíamos haber entrado ya al terreno de las confirmaciones.

Dicen que la repetición del ejercicio provoca la perfección del mismo, ¿no? Bueno, pues eso esperaría de este juego, la confirmación en la medida de lo posible de tanta teoría y rotación.

Veremos... ¡He dicho!

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