Opinión

México en el debate post 2015


 
Jorge A. Pérez Pineda

Hace aproximadamente dos meses, se anunciaría que México será la sede de la "Reunión Ministerial de la Alianza Global para la Cooperación Eficaz al Desarrollo", apoyada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y que dará continuidad y seguimiento a la reunión realizada en Busán, Corea, en 2011.
 
 
Esta reunión se enmarca en el proceso de terminación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) en 2015. Los ODMs serían propuestos por el entonces secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan en el 2000, para alinear los esfuerzos de los países miembros de esta organización, con el fin de combatir la pobreza y el hambre en el mundo, así como mejorar la salud, cuidar el medio ambiente y propiciar un entorno o alianza global para el desarrollo.
 
 
Ante la llegada de esta inminente fecha de caducidad de los ODMs, la comunidad internacional ha venido discutiendo desde hace un par de años que es lo que seguirá o sustituirá a estos objetivos. Tal situación ha abierto del llamado debate de la "Agenda Post 2015".
 
 
Esto se vuelve relevante en el contexto actual en que, la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), que cumple ya dos años de existencia, deberá jugar un rol clave en estos procesos. Así mismo el pasado 10 de octubre en la inauguración del XXVII Congreso Anual de la Asociación Mexicana de Estudio Internacionales (AMEI), el canciller José Antonio Meade refrendaba la importancia del rol de México en distintos foros, como el G20, así como de herramientas de política exterior como: el diálogo político de alto nivel, el rol de la cooperación internacional, la promoción de México el exterior y la infraestructura para dar apoyo en el exterior.
 
 
La "Agenda Post 2015" plantea un avance sobre la forma y el fondo de los ODM. En particular, como se sintentiza en el "European Report on Development 2013", se reconoce la necesidad de un nuevo marco para el desarrollo, que reafirme los temas del desarrollo sustentable y la inclusión, que vaya más allá del combate a la pobreza considerando para ello una agenda de desarrollo con temas como: inversión social, protección social, creación de empleo, infraestructura productiva, etc. Así mismo, esta agenda integra los avances del debate de la eficacia de la ayuda de la ultima década al incluir algunos aspectos de la Cumbre de Monterrey en 2001 o los principios de la "Declaración de París 2005", entre otros, tales como la alineación y apropiación, la importancia de la "Coherencia de Política" y la necesidad de ampliar los recursos financieros y la participación de otros actores como la sociedad civil o el sector privado.
 
 
Los debates sobre el tema, apuntan a tres grandes escenarios (Hackenesch y Heiner 2013), en los cuales, las llamadas economías emergentes, como los BRIC, e incluso México, tomaran posturas clave que comprometerán esfuerzos y recursos estratégicos para los próximos años, dados los niveles de crecimiento y bonanza que han mostrado en los últimos años.
 
 
El primero de estos escenarios plantea que los países emergentes no se vincularían a ninguna Agenda Post 2015, manteniendo la agenda tradicional con ODMs reformados, apoyados en Ayuda al Desarrollo tradicional y vínculos Norte-Sur. El segundo, plantearía que estos países se vincularían limitadamente a la Agenda Post 2015 a través de esquemas como la Cooperación Sur-Sur o Triangular, donde la reducción de la pobreza seguiría siendo la meta e incluyendo aspectos clave de inversión y comercio con enfoque de "Coherencia de Políticas" en una agenda global.
 
 
El último, propone una negociación amplia entre países desarrollados y en desarrollo para establecer una agenda universal que integraría los ODM y los propuestos Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) bajo un enfoque de desarrollo humano sustentable.
 
 
Estamos a un año de que se cierre este debate en el que México jugara un protagonismo relevante como en 2001 en Monterrey o en 2011 en Los Cabos, por lo que habrá que seguir de cerca cuál de los escenarios será el más viable y sobre todo como nuestro gobierno aprovecha este espacio en el marco de la Responsabilidad Global establecida en el Plan Nacional de Desarrollo.
 
 
 
 

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