Mauricio Jalife

Se desarticula ecosistema emprendedor

La primera llamada tendría que ser a reconsiderar los temas de ciencia y tecnología en los planes oficiales, señala Mauricio Jalife.

Ante la desbandada laboral, forzada o voluntaria, de personal del sector público, la mirada se vuelve hacia las opciones que el sector privado ofrece. No hay mucho por revisar. A quienes se mueven al desempleo les queda la opción de ingresar a alguna empresa que valore sus talentos, capacidades y experiencia y los pueda capitalizar, o bien, que se inicien en el campo del emprendimiento.

En esta última alternativa el árbol de decisiones se vuelve a partir en dos: franquicia o negocio propio. Pero no pretendo orientar este espacio al análisis de esa disyuntiva, mas bien, quiero aprovechar la coyuntura para construir una rápida reflexión sobre lo que esta sucediendo con el ecosistema emprendedor que a lo largo de tres décadas se ha venido construyendo en el país. De las instituciones que conforman sus ejes rectores, dos de ellas no parece que sobrevivirán al diseño de la nueva plataforma, y lo preocupante es que no existen planes para mantener sus funciones esenciales. Me refiero, por una parte a Proméxico, que ha sido el brazo promotor de la exportación, la inversión y el turismo hacia el país, y por el otro, al Instituto del Emprendedor, que especialmente en el sexenio pasado concentró la mayor parte de recursos destinados a proyectos empresariales.

Otras de las instituciones diezmadas en presupuesto y protagonismo, que son pieza vital del mecanismo promotor de investigación y desarrollo del país es Conacyt, que aún y cuando mantenga, en principio, la operación del Sistema Nacional de Investigadores, verá recortados muchos de los fondos destinados a empresas de base tecnológica. De la mano de la reducción de recursos para ciencia y tecnología, diversas incubadoras, aceleradoras de empresas y centros de transferencia de tecnología verán declinar sus funciones al ritmo del recorte presupuestal.

El problema asociado a la desarticulación del ecosistema de innovación y de apoyo a nuevas empresas en el país, pasa por la cancelación de la red de soporte que este tipo de emprendimientos demanda para existir. El nivel de riesgo en la apuesta de una nueva empresa es de tal magnitud, que sin una plataforma de asesoría, fondeo y asistencia profesional las inversiones escasean. Si se deja a programas sociales aislados -como el programa de "ninis"-, la administración de recursos que no se vuelven productivos, el barril sin fondo ahondará sus profundidades.

Por otro lado, el gran esfuerzo de vinculación que en los últimos 20 años se ha venido haciendo entre las diversas instancias de la administración pública federal conectadas con tecnología, la iniciativa privada y con universidades y centros de investigación, que apneas daba sus primeros frutos, perderá la inercia y regresará a punto cero. En todas partes se insiste en que, el éxito de un ecosistema de innovación, depende de la eficacia de la vinculación de las diversas partes de este organismo viviente. Sin una de ellas, el sistema se paraliza.

La primera llamada tendría que ser a reconsiderar los temas de ciencia y tecnología en los planes oficiales, y regresarlos del exilio al discurso oficial. No puede México, si aspira a crecer y ser un país desarrollado, renunciar a las ruedas que podrían moverlo. No es eslogan de gobierno, se llama economía del conocimiento.

Contacto: mjalife@jcip.mx

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