Mariano Ruiz Funes

Percepciones sobre el que se va y el que llega

Ruiz Funez escribe de la opinión ciudadana sobre las deficiencias del gobierno de EPN y del optimismo que prevalece en torno a AMLO, pero que se ha moderado gradualmente

Hoy se presentaron los resultados del quinto análisis para 2018 "México: Política, Sociedad y Cambio. Escenarios de Gobernabilidad", elaborado por GEA-ISA, que se basa en una encuesta de opinión ciudadana realizada del 8 al 10 de septiembre en vivienda, con mil entrevistas efectivas a nivel nacional.

La encuesta refleja las percepciones y opiniones sobre la administración saliente, incluyendo al presidente Peña Nieto (EPN), y las perspectivas esperadas de la entrante. En ambos casos, se ratifica la pésima evaluación sobre la gestión peñista y las elevadas expectativas de la ciudadanía sobre la nueva administración; en particular, acerca de las cualidades que atribuye la ciudadanía al presidente electo.

Del total de encuestados, 84 por ciento opina que el país va por un rumbo equivocado en lo económico y 81 por ciento en lo político; además, para 43 por ciento del total la situación económica actual es mala, en comparación con 34 por ciento que la califica como regular y 23 por ciento como buena, a pesar de la estabilidad macroeconómica, el crecimiento del empleo y la moderada recuperación de los salarios. A la situación política 46 por ciento la califica como mala, 33 por ciento regular y 20 por ciento mala, con todo y que se llevó a cabo un proceso electoral en relativa calma y los resultados estuvieron exentos de cuestionamientos y conflictos. La evaluación de EPN es desastrosa: 74 por ciento desaprueba su gestión; sólo 20 por ciento la califica favorablemente, en contraste con 58 por ciento al final de las administraciones de Vicente Fox y Felipe Calderón. Los mayores logros que se le reconocen a EPN son los avances en materia de salud y de educación (14 por ciento de los entrevistados en cada caso); paradójicamente, estos últimos son los que AMLO ha prometido echar para atrás. Sus mayores errores, que no sorprenden, están en la inseguridad y en el combate a la corrupción, del que 56 por ciento opina que no ha hecho nada. Sin duda, la peor evaluación de una gestión presidencial desde que existen mediciones confiables.

Acerca de las expectativas de la nueva administración, 32 por ciento opina que la situación económica será mejor (38 por ciento que será igual), cifras similares para la de seguridad, aunque sobre la corrupción sólo 26 por ciento cree que mejorará. De AMLO, 67 por ciento opina que hará una buena labor como presidente, nivel muy superior al que registraron los tres presidentes anteriores en el año de su toma de posesión: 52 por ciento de Fox, aún con "haber sacado al PRI de Los Pinos"; 40 por ciento de Calderón y haber evitado el "peligro para México"; y 51 por ciento de Peña con el regreso de los que "sí sabían gobernar". Aunque sólo 38 por ciento de los encuestados cree que AMLO es sincero en sus declaraciones, 57 por ciento opina que los cambios serán para bien y los atributos que le reconocen son el combate a la corrupción y a la pobreza.

A la pregunta de cuánto tiempo le daría a AMLO para que demuestre que realmente va a realizar cambios, 15 por ciento sólo unos meses, 32 por ciento un año y 25% dos años. En esta materia, el reto de la nueva administración no es menor, aunque se ha relajado con respecto a las mediciones que se hicieron inmediatamente después de las elecciones. La población encuestada muestra un rechazo a la propuesta de amnistía a delincuentes —tema que será el más delicado para AMLO—, así como a incrementar la edad para recibir el apoyo por vejez y a las pensiones; y aceptación a otras propuestas como el programa de jóvenes, reducir los gastos del gobierno, revisar los contratos de exploración y explotación de petróleo, y construir una nueva refinería. También se apoya la consulta sobre el nuevo aeropuerto, pero 49 por ciento opina que se debe decidir con base en estudios, en tanto que 36 por ciento en la consulta.

Así, en la opinión ciudadana las deficiencias y errores del gobierno de EPN superaron y opacaron totalmente los avances y logros, incluidas las reformas estructurales. En el caso de AMLO prevalece una buena dosis de optimismo, pero parece que éste se ha moderado gradualmente conforme la ciudadanía percibe que pasar de las promesas a los hechos será complejo.

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