Maria Ximena Cespedes Arboleda

La presidencia virtual atrapada en las redes sociales

Facebook y Twitter jugaron un papel preponderante en el curso de las pasadas elecciones y esto continuará durante la próxima administración.

Andrés Manuel podría cantar como José José: "Estoy preso entre las redes…" y no de un poema, sino en las de los medios sociales. Las mismas que él bendijo cuando lo declararon ganador el día de la jornada electoral. Las mismas que, virtualmente, ya lo hicieron presidente de México (que no sólo electo), porque lo mismo reportan y amplifican cada paso que da, que lo vituperan y alaban.

En ese espacio virtual no hay transición. Ya empezó la república amorosa. "Eres tú, lo que me puede ayudar o me condena…", continúa la canción 'Si me dejas ahora', que inmortalizó el Príncipe de la Canción. Lo mismo que le podría decir ahora AMLO a los medios sociales desde que arrancó el proceso electoral en marzo pasado.

Facebook, y sobre todo Twitter, se convirtieron en uno de los principales espacios para el constante debate sobre las propuestas de los candidatos. Fue el campo de batalla que vio pasar las fake news mejor armadas, ejércitos de bots y demás estrategias que buscaban ganar la atención y en muchos casos restarle puntos al contrincante.

Si bien sus 3.5 millones de seguidores en Twitter y 2.4 millones en Facebook -cifras que lo ubicaron como el candidato con la comunidad social más grande- fueron cuestionados, a la fecha, casi un mes después de las elecciones, AMLO se ha convertido en un must dentro de las conversaciones en redes.

A sólo tres semanas de las elecciones, AMLO ya ha tenido acercamientos con el presidente Donald Trump, una visita a la residencia oficial y presentado varias de sus promesas de campaña más estructuradas, e incluso ya vemos al presidente actual, Enrique Peña Nieto, actuando con bajo perfil.

¿Será que podemos esperar un sexenio a punta de tuits, tal como lo ha hecho Donald Trump, también desde su candidatura? Todo parece indicar que así será y no solamente provendrá de su actividad directa en Twitter, ya lo vimos también en un video en YouTube respondiéndole al INE por el tema del fideicomiso. El mismo factor que lo impulsó a ganar la presidencia con un porcentaje de preferencias no visto en décadas, se repite ahora: él pone la agenda e impone la conversación. Hasta aquellos que habían jurado con sangre irse de México si la izquierda quedaba en el poder, ahora son activistas virtuales que han declarado que no se van, que más bien se quedarán a vigilar los pasos del futuro presidente.

Ojalá esta 'sana' persecución y ánimos de exigir que el máximo funcionario público del país cumpla sus deberes permee a todos los niveles, y sea la punta de lanza de una nueva manera de reclamar nuestros derechos como ciudadanos.

¿Será que a sus récords ya establecidos, ahora López Obrador sumará el de volverse el presidente más vigilado en México, vía social media? ¿Y será que bajo ataque seguirá alabando a las "benditas redes sociales"?

María Ximena Céspedes Arboleda

María Ximena Céspedes Arboleda

Experta en relaciones públicas digitales, posicionamiento de marca y manejo de crisis. Creo fervientemente que la ciencia de datos y la tecnología permiten anticipar riesgos y oportunidades.

COLUMNAS ANTERIORES

Elecciones a la CDMX: segunda semana de abril de 2024
Elecciones presidenciales en redes sociales: Primer Debate Presidencial

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.