Opinión

Facebook no da paso sin huarache

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¿Les ha pasado que entran a Facebook y está lleno de publicidad? Pues Mark Zuckerberg escuchó la queja y comenzó el 2018 con un comunicado en el que señala que lo que más le importa a Facebook es conectar amigos y familiares y para cumplir con esa misión están trabajando en cambios a sus algoritmos para permitir a sus usuarios ver menos contenidos públicos y privilegiar las interacciones entre usuarios.

Los medios internacionales, nacionales y especializados se volcaron a esta noticia para especular sobre las consecuencias de la decisión de la red social, especialmente por el impacto para las empresas, marcas y medios.

Antes de colaborar con la especulación, es importante remontarnos a la historia de los cambios de los algoritmos de Facebook. De acuerdo con un video publicado por la misma red, la empresa determina un ranking o relevancia de los contenidos que muestra en nuestra sección de noticias con base en algoritmos que se componen de tres variables principales: inventario (que corresponde a todas las publicaciones de la red), signos (que están determinados por reacciones, comentarios de la red, compartidos y feedback de la comunidad) y predicciones, adicionalmente a la cronología. Sin embargo, en varios estudios se ha señalado que los mismos son manipulados, están sesgando la información que presentan y sistemáticamente disminuyen el alcance de las publicaciones orgánicas.

Facebook es como Big Brother: "las reglas cambian" y cambian para su conveniencia. Desde 2016 venimos recibiendo una serie de anuncios que parecen salidos del cuento de "Pedrito y el Lobo", en ellos siempre ponen de pretexto la satisfacción de los usuarios… y la industria de medios tradicionales, especialmente las agencias, entran en pánico. La realidad es que el único objetivo de Zuckerberg es aumentar el precio de sus anuncios y que se valdrá de cualquier pretexto para lograrlo. En este caso aprovechó el hackeo de las elecciones de Estados Unidos y su comparecencia ante la Cámara de Representantes para hacerlo.

En abril de 2017, salió a la luz pública un documento de Facebook en el que, sin asumir responsabilidad, reconoció que la red social tiene un impacto en el mundo actual y que cada uno de sus usuarios es en sí mismo un amplificador potencial. El documento establece los lineamientos que se seguirían para evitar abusos a través de recolección de datos de usuarios, creación de contenido falso, cuentas ficticias y falsos amplificadores, mejor conocidas como Fake News. ¿Les suena conocido?

La película continuó y en diciembre del año pasado salió otro estudio, esta vez en una publicación en Facebook señalando que las redes sociales pueden llegar a producir sentimientos de soledad y depresión, especialmente por consumir contenidos de medios, pero que la relación activa con amigos cercanos genera interacciones significativas que producen estados de bienestar, que fue lo que retomó Mark Zuckerberg en su comunicado. Hasta salieron psicólogos que ofrecen su servicios para desintoxicar de redes sociales a sus pacientes, obviamente el servicio lo ofrecen a través de Messenger de Facebook.

A lo largo de estos años, el alcance orgánico de las publicaciones en las páginas y grupos ha disminuido, las noticias falsas o posicionamiento de Fake News ha ido creciendo y lo único que sube sistemáticamente con cada adecuación de algoritmos son las ganancias de Facebook en lo que a venta de publicidad se refiere. Por eso, el mismo Zuckerberg anunció que los más perjudicados con este nuevo cambio serían las: empresas, marcas y medios, clientes de la red social. Le encanta patear el pesebre.

Por lo visto Facebook no da paso sin huarache, y ese huarache se los regaló Putin.

María Ximena Céspedes Arboleda es CEO de Metrics*

María Ximena Céspedes Arboleda

María Ximena Céspedes Arboleda

Experta en relaciones públicas digitales, posicionamiento de marca y manejo de crisis. Creo fervientemente que la ciencia de datos y la tecnología permiten anticipar riesgos y oportunidades.

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