Fuera de la Caja

Coincidencias y expectativas

Macario Schettino escribe que los mexicanos decidieron, una vez más, evadir la modernización, y estaban felices por ello en julio. En agosto, un poco menos. Septiembre tal vez los decepcione aún más.

El martes, en la primera sesión del Senado, se denegó la petición de licencia que había solicitado Manuel Velasco para regresar a Chiapas y ser nombrado gobernador sustituto (de sí mismo). Puesto que fue votación a mano alzada, se repitió para confirmar la decisión. Horas más tarde apareció una nueva solicitud de licencia, que ahora recibió el respaldo del líder de la fracción de Morena, Ricardo Monreal, y, por lo tanto, fue aprobada de forma más que mayoritaria.

Más o menos al mismo tiempo ocurría un ajuste más en las fracciones de la Cámara de Diputados. Al iniciar la Legislatura, Morena tenía 191 diputados, de acuerdo con el INE, mientras que el PT alcanzaba 61 y el PES 56. Al instalar la Cámara, movieron a quienes habían jugado por otro partido, pero que realmente eran parte de Morena, dejando al PT apenas 31 diputados, y al PES 30. Pero como la cifra mágica de 250 no se alcanzaba, el partido Verde le transfirió otros 5 diputados a Morena, y se queda con sólo 11, y Morena con 252. De cualquier forma, ese bloque votará junto todo el tiempo, lo que significa 324 votos. Sólo les faltan diez para llegar a la mayoría calificada. En el Senado suman 75, les faltan nada más nueve.

El miércoles apareció la explicación de la migración legislativa. El Partido Verde intercambió esos cinco diputados por apoyo para una ley contra el cáncer infantil. Habrá tarugos que lo crean.

La abundancia de coincidencias impacta. Elba Esther Gordillo resulta inocente de los delitos que se le imputaban, la PGR se desiste de la acusación a Alejandro Gutiérrez (es decir, Manlio y César Duarte), se diluye el caso contra Javier Duarte, el TEPJF desestima la acusación contra Morena, Velasco obtiene su licencia, Morena, la mayoría necesaria en Cámara de Diputados para tener el control durante los tres años…

Como hemos insistido, esto no es la cuarta transformación, sino la tercera cerrazón de México. Los tres intentos de modernizar a este país, es decir abrirlo económica y políticamente, y limitarlo con la ley, han fracasado. Las Reformas Borbónicas terminaron con la Independencia, las Reformas Liberales (Juárez y Díaz) con la Revolución, y las Reformas Estructurales terminaron con la elección del 1 de julio. En las otras ocasiones, hubo enfrentamientos para evitar la modernización. Iglesia, burocracia y comerciantes se unieron para impulsar a Iturbide, y con ello detener el proceso a inicios del siglo XIX, y luego sufrimos casi 5 décadas de enfrentamientos e invasiones. Al inicio del siglo XX, los conflictos duraron la mitad de tiempo (1910-1935), y acabó ganando el que no peleó, porque los Sonorenses se destruyeron a sí mismos.

Ahora, afortunadamente, la decisión fue en las urnas. Y si bien 53 por ciento votó por López Obrador, en realidad dos terceras partes de los mexicanos están felices por el triunfo, según muestran las encuestas posteriores. Incluso INEGI lo reporta en la percepción de confianza de los consumidores. Con respecto a la situación económica del hogar, en julio, hubo un 5 por ciento de mejoría en la percepción con respecto al año anterior, y 11 por ciento en la expectativa a un año. En agosto, ambas medidas se estancaron. En cuanto a la situación del país, el incremento contra el año pasado fue de 12 por ciento, y la expectativa a un año creció ¡31 por ciento! Ambas mediciones cayeron un poco en agosto.

En suma: los mexicanos decidieron, una vez más, evadir la modernización, y estaban felices por ello en julio. En agosto, un poco menos. Septiembre tal vez los decepcione aún más. Ya veremos.

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