La Aldea

¿Quién gana con la salida de Margarita?

Ricardo Anaya le cerró la puerta a Margarita Zavala a un proceso interno, y ahora la eleva con elogios y caravanas. Sin embargo, no la veremos levantar la mano de ningún otro candidato.

Es una pregunta difícil de responder, especialmente porque el electorado no se comporta de manera uniforme. No todos los seguidores de Margarita, el dos, tres o cuatro por ciento registrado en las encuestas como el sector que le brinda su preferencia, se mueve de forma monolítica.

Segundo porque los ánimos están caldeados y existe un consistente sector anti-PRI tan extenso como el anti-Peje, por lo que capturar esos votos ahora "en libertad", como señaló la candidata en su despedida, será tarea de los siguientes días.

Pero tal vez el ganador natural sea Ricardo Anaya, quien a pesar de los raspones y diferencias al interior del PAN, a pesar incluso de que se hizo de la candidatura pasando por encima de los otros aspirantes (Moreno Valle y Zavala), proviene del mismo sector de centro-derecha, anti-PRI y también anti-AMLO. Anaya podría capitalizar las preferencias de Margarita, llamarlos a sumarse, a reconstruir a un PAN fracturado y roto, en buena medida, gracias a él mismo. Quedan seis semanas para la jornada y sanar las heridas al interior de Acción Nacional podría tomar años. Es demasiado tarde para ello. Con todo, Anaya debiera ser el beneficiado principal, para ello ha mostrado ya una serie de reconocimientos y palabras de nobleza y respeto por Margarita. Así es la política, le cerró la puerta a un proceso interno, y ahora la eleva con elogios y caravanas.

Sin embargo, ese traslado de simpatías no es en automático. Aquellos que desde ayer celebran unos puntos de más a la cuenta de Anaya, provenientes de lo que libera Margarita, se anticipan. Quedan variables en la mesa aún por resolver para consolidar el llamado voto 'útil' de un hipotético segundo lugar.

Margarita no declinó en favor de nadie. Renunció a su candidatura, dejando en libertad a sus seguidores para que, en conciencia, asuman el camino electoral que deseen, según ella misma.

La gente de Anaya había filtrado ya, en más de una ocasión, su intención, su acercamiento para integrar a Margarita a la campaña de Ricardo. Los esfuerzos y las llamadas al equipo de Margarita surtieron efecto. Su condición fue: "Que me busque Ricardo". Llamada o conversación que tuvo lugar en las últimas 24 horas, según reportes de las casas de campaña. Ricardo buscó a Margarita y la invitó a sumarse; probablemente esgrimió argumentos del voto útil, de fortalecer un frente unificado contra Andrés, de abrazar una bandera histórica en una elección sin precedentes en México.

¿Cómo habrán sido las horas de Margarita? ¿Las cavilaciones personales, familiares, políticas frente al electorado y a la gente que le expresó su respaldo? Tal vez algún día lo comparta. Por ahora se va de la contienda, pero permanece en la boleta. Ya no alcanza el tiempo para reimprimir, producir nuevo papel-seguridad de las boletas, rediseñar el acomodo de rostros y partidos.

Para nadie es un secreto la enorme inequidad de la contienda: acceso a recursos, spots mediáticos, capacidad de movilización, gente, equipo. Los independientes cuentan con mucho menos posibilidades de ofrecer una campaña competitiva, frente a la enorme desventaja de los 'grandes'. Especialmente de quien lleva mucho más tiempo en campaña, en spots, en recorrido por el país: Andrés Manuel de forma muy señalada, pero Ricardo también aprovechó sus tiempos como presidente del PAN.

Margarita decidió con honestidad, con valentía, con congruencia, decir hasta aquí.

Veremos si se suma o no a algún equipo de los contendientes. Mi pronóstico personal es contrario a ello. Me parece que Margarita permanecerá libre e independiente, evaluando si la conformación de una nueva organización política podrá tener viabilidad después de las elecciones. Durante meses hablamos de la estrategia para capitalizar su arrastre político –mucho o poco– en un nuevo partido, donde ella, Felipe Calderón y sus muchos seguidores puedan tener un cauce de expresión y participación política. Con la decisión anunciada ayer, se debilita esa estrategia, porque no llega a la meta, porque no concreta, el tres o cuatro por ciento de preferencia en votos contantes y sonantes.

En los siguientes días veremos el cortejo y la invitación del PRI, del PAN, incluso tal vez de algún otro para que Margarita se integre a un equipo de campaña y salga a las calles a pedir el voto para otro candidato. Insisto, puedo equivocarme, pero creo que no veremos a Margarita Zavala levantando la mano de ningún otro candidato.

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