Opinión

La reforma fiscal correcta


 
Luis Pazos

El proyecto de miscelánea fiscal presentado por hacienda es muy diferente al originalmente planeado por el Secretario de Hacienda Luis Videgaray. El gobierno y el partido al que pertenece concluyeron que no hay condiciones para presentar la verdadera reforma estructural que necesitamos.
 
La oposición de maestros radicales a la reforma educativa y el anuncio de AMLO de tomar como bandera no solo la supuesta "privatización" del petróleo, también el "no al IVA en alimentos y medicinas", llevó a que las cúpulas priístas y varios miembros del gabinete, consideraran que no es momento de presentar una reforma estructural para aumentar la inversión, crear más empleos y crecimiento.
 
En su lugar enviaron al Congreso una iniciativa recaudatoria que parece de perredistas radicales, pues le pega a las empresas y a la educación privada. Aunque a corto plazo le puede permitir al gobierno más ingresos para, entre otras cosas, tapar los hoyos y deudas que dejaron varios ex gobernadores y evitar el crecimiento del déficit presupuestal, que empobrece a la clase media y desincentiva a mediano y largo plazo la inversión nacional y extranjera, al restarle competitividad al entorno fiscal.
 
La reforma que necesita México, como lo explicamos con mayor amplitud en el libro Reformas estructurales, implica transparencia y recortes al gasto público, una reducción gradual de las tasas del Impuesto sobre la Renta hasta el 20 por ciento y una ampliación de la base gravable a través de un IVA generalizado. Empezar con 5 por ciento a todos los bienes y servicios que no lo tienen, a la vez reducir un punto cada año el IVA del 16 por ciento y aumentar anualmente un punto el de 5 por ciento, hasta alcanzar un IVA general del 10 por ciento.
 
Esos cambios aumentarían la inversión nacional y extranjera. En 3 años llegaríamos a niveles del 6, 7 por ciento o más de crecimiento; pero si no se implementan esos cambios y sólo se aumentan impuestos al sector productivo que ya paga, seguiremos con bajos crecimientos y el actual gobierno entregará un país con indicadores de inversión, crecimiento y empleo muy por debajo de los que recibió.
 
 
 

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