Juan Ivan Pena

Ya ganó Trump, ¿y ahora qué?. Los diez puntos para que México gane

 

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En el proceso electoral del pasado 8 de noviembre en los Estados Unidos fue derrotada no solo Hillary Clinton, sino toda una visión alrededor de su multi defendido triunfo. Lo ocurrido, que Donald Trump haya sido electo presidente de los Estados Unidos, parece mantener en la sorpresa a muchos analistas y prospectólogos que se habían auto convencido de la inderrotabilidad de su candidata, esto no deja de sorprender a aquellos que teníamos claridad y conciencia de la ventaja estructural que Trump tenía y que instrumentos modernos y herramientas sobre la posibilidad de resultados, como la metodología de Philip Tetlock y sus superpronosticadores, no dejaban lugar a dudas que el presidente de los Estados Unidos sería el polémico empresario.

Un estudio publicado el 28 de marzo de 2016 por el despacho que yo presido, denominado Las razones para entender y entenderse con Donald Trump (http://www.connectionmexicoglobal.com/analisis/las-razones-para-entender-y-entenderse-con-donald-trump/), intentamos abrir el debate sobre un escenario que nadie quería aceptar por más evidente que a nosotros nos pareciera, esto es, que Donald Trump ganara la elección contra una débil y denostada Hillary Clinton. El documento sostiene que un Trump presidente implica ventajas para México si nos decidimos a cambiar el prisma de la "corrección política" por el del pragmatismo y la utilidad.

Naturalmente, la crítica hacia el documento fue acre y la resonancia que se alcanzó limitada, salvo en algunos espacios que se atrevieron a dar oídos a esta tesis, dejando siempre claro que no la compartían. Pero lo predicho por nosotros, hoy ya es una realidad indiscutible.

Lamentablemente, tanto se compró el discurso anti Trump y se sostuvieron posiciones militantes por políticos y medios que hoy parecen crecerse al castigo, sin embargo, a la luz de los nuevos acontecimientos, es preciso de nuevo sostener que el presidente Enrique Peña Nieto, adecuadamente asesorado por Luis Videgaray, tomó la mejor decisión al invitar y recibir a Trump, pues lo hizo en el único momento en que para este personaje, hoy el hombre más poderoso del mundo, hubiera resultado atractivo venir a México con un costo enorme para su figura y destitución de Videgaray de por medio, el presidente mexicano alcanzó un resultado del que el país disfrutará pronto.

Pero más allá del anecdotario político y de la necesidad de incorporar a Videgaray como canciller, lo importante para México y para su clase política (nuestro propio establishment, también derrotado) sería preciso conocer, ya como cura y no como profilaxis, estas diez razones para reconciliarse con Donald Trump.

1. Es posible aún retomar nuestra inteligente tradición anti intervencionista y proclamar que en el marco de la autodeterminación popular y dentro del sistema constitucional establecido, el pueblo norteamericano ha otorgado mandato al hombre que, asume, debe tomar las grandes decisiones por su país y en su país.

2. Es indispensable modificar el discurso militante de los medios de comunicación y de muchos políticos, que han vuelto de criticar a Trump, un mecanismo de distracción sobre las realidades que les toca resolver y también el mejor de los recursos retóricos para montarse en una ola artificial que aún es respaldada por una mayoría social (el rechazo a Trump que los medios de comunicación han instalado en la población media de México).

3. Los responsables de la vida política de México deben acudir a las lecciones de la historia y de la geopolítica para entender que el candidato republicano requería un discurso anti inmigrante en algunos estados y que, fiel a su estilo franco y simple, Trump volvió a México, de manera coyuntural, un tema del debate pero, que una vez acabada la elección, no existe el andamiaje estructural para que México continúe siendo un tema central en la agenda de Donald Trump. A él conviene parcialmente desactivarlo, para nosotros es urgente de manera absoluta dejar de ser la "bestia negra" del conglomerado más beligerante y mejor armado del mundo, los blancos norteamericanos (WASP).

4. Geopolíticamente, la situación actual se asemeja a la previa a la Segunda Guerra Mundial. Hay un evidente alineamiento entre Rusia y Estados Unidos, por lo que la OTAN pierde sentido fuertemente y es previsible que Rusia amplíe su zona de influencia en Oriente Medio pagando los costos que implica la erradicación de ISIS
http://www.connectionmexicoglobal.com/publicaciones/la-posibilidad-de-un-ataque-de-isis-en-mexico/
con el beneplácito de Trump, así como que las tensiones con China se incrementen en la crisis de las islas Paracel y Spratly (http://www.connectionmexicoglobal.com/analisis/vientos-de-guerra-en-el-mar-de-china-meridional/ ), el tema del TPP, donde México debe aprovechar para sumarse a la línea de Trump dejando de prácticamente transferir los cerca de 50 mil millones que obtenemos como ventaja en nuestra balanza comercial con EEUU, dándoselos a China a la que le compramos más de 53 mil millones y le vendemos sólo 3 mil, dejando de provocar con esto más cuestionamientos a nuestro TLCAN.

5. La elección en EU da paso al siguiente tema central de nuestra agenda interior, la sucesión presidencial. Es preciso tomar una medida y entender un fenómeno: la medida es integrar a Luis Videgaray como jefe de nuestra diplomacia pues el propio presidente Trump lo ha señalado como alguien confiable (http://twitter.com/realdonaldtrump/status/773948120069615616) y este hecho permitiría a México lanzar un mensaje de abandono a la militancia anti Trump y reconocimiento a la realidad que se nos impone; y

6. El fenómeno que hay que entender es que la traslación de la inercia electoral anti sistema es un hecho político un tanto incontenible que coloca a Andrés Manuel López Obrador en la antesala de Los Pinos, no sólo porque los que se equivocaron con Trump pretendieron identificarlo con él, sino sobre todo porque es la figura anti sistémica que aglutina de manera consistente los valores que la sociedad reclama insertar en política. Los que se equivocaron con Trump se niegan a aceptar que la axiología popular se nutre de referentes rígidos, en EU los anglosajones protestantes (WASP) necesitan sentir que su país debe ser grande de nuevo, en México, la sociedad popular hispano católica reclama, con igual furor, la honestidad, estabilidad y paz que el sistema de partidos ya no les provee.

7. El sistema norteamericano es la democracia más sólida, sabia y longeva del planeta; está diseñada para superar las variaciones pendulares llevando hacia el centro a los extremos riesgosos, por lo tanto, tendremos que entender que la elección de Trump se inscribe en esta tradición política y no hace peligrar al sistema constitucional, por el contrario, garantiza que las presiones populares generadas por las prácticas de una política en extremo social como la de Obama o decididamente anti beligerante, den paso a posiciones como la de Trump que permitirán el incremento del gasto militar y el reposicionamiento de la clase media (WASP) al interior de sus fronteras con algunos costos que las minorías podrán pagar pero que en el balance garantizan la supervivencia sistémica de dicha democracia.

8. La reforma migratoria y el TLCAN, sometidos a la retórica punzante del nuevo Presidente, requerirán reparaciones menores para sobrevivir este momento; en materia migratoria un programa que mucho nos recuerde al antiguo programa bracero, en el que cruzar a trabajar legalmente a EU no sume a la creación de derechos ciudadanos en aquel país, y sí resuelva su necesidad de mano de obra y, por otro lado, contribuya a la reintegración familiar del México rural al que todos los paisanos volverían año con año; un programa así es una alternativa altamente factible.

9. Por otro lado, un equipo de negociadores que, dentro de los mecanismos del tratado, revise las condiciones y aproveche las ventajas del énfasis que el momento trae, puede redituar en el fortalecimiento de determinadas industrias casi destruidas por las importaciones chinas como la del calzado y en ventajas competitivas que nos permitan volver a detonar y ahora con expectativa de volverlo propio, el boom maquilador en el norte de México que tan afectado está hoy por la inseguridad.

10. Insistir en el extremo anti trumpista solo confirma la pésima operación de nuestro servicio exterior cuasi intervencionista de políticos de todos los colores (salvo morenistas) que con descaro sinigual abiertamente militaron en el bando de Clinton, justificando de manera torpe la intervención norteamericana en nuestra próxima elección, pues si las instituciones al norte del Bravo y los políticos republicanos y demócratas tomaran partido por un candidato en México acompañados de sus medios de comunicación, las voces que claman por la corrección política se sentirían ofendidas por la intromisión de la potencia mundial, pero nombre a nombre, expresidentes, precandidatos y exjefes de gobierno, consideraron necesario intervenir en una elección en que no tenían voto y no debieron tener voz, ¿con qué cara clamarán lo contrario?

Trump es presidente, asumámoslo y con la dignidad que nos quede dejemos que el presidente Peña use la ventaja que consiguió y mande los mensajes convenientes.

El autor es Licenciado en Derecho con estudios de posgrado en Asia Pacífico, consultor en procesos electorales, autor de bibliografía especializada, CEO de Connection México Global.

www.connectionmexicoglobal.com

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