Autonomía Relativa

Las aventuras de 'Ricardito va a Los Pinos II'

Juan Ignacio Zavala analiza la relación que tiene Ricardo Anaya con su equipo y si es que hay la posibilidad de que lo abandonen por AMLO.

Como todos sabemos, en el último capítulo de la temporada anterior, una coproducción de Dante Delgado, Jesús Ortega y Alejandra Barrales, Ricardito se había encerrado en el baño con las llaves de la casa y amenazaba con dejar que se inundara con todos adentro. Hubo voces que le advertían que no lo hiciera, que no se encerrara, que sostener trato con los pandilleros de la colonia no le iba a beneficiar en nada, que no era gente de fiar. Ricardito prefirió vender la casa no en lo que valía, sino en lo que quisieron pagarle sus nuevos cuates: pandilleros de la calle 13, quienes lo nombraron jefe y representante de las pandillas para enfrentar a los pandilleros de la colonia Luis Echeverría, comandadas por El Peje.

En esta nueva temporada, como buen muchacho de su tiempo, Ricardito creía que contaba con poderes superespeciales que le habían dado sus amigos. Sentía que le ganaba a todos y decidió aplastar a todos los que estaban en su casa antes de malbaratarla. Afuera le tenían miedo; de pronto se dieron cuenta de que era capaz de cualquier cosa. Era el jefe, el gran jefe, para lo cual había suprimido sentimientos y cualquier migaja de gratitud que hubiese quedado en él. Era el nuevo Ricardito. De hecho, lucharía contra todos para que le dejaran de llamar en diminutivo; demostraría ser sanguinario, sería despiadado, nadie lo vería para abajo nunca más.

Para mostrar sus superpoderes, Ricardito ideó demostrar que era más inteligente y más capaz que todos, el más preparado, el mejor. Vivir en un país de monolingües, de gente atrasada que ansía aprender otro idioma para abrirse paso en la vida, era una gran oportunidad para él, que dominaba el inglés y el francés. Me admirarán los ignorantes, me envidiarán los que no saben lo que es el mundo, me celarán los nacos que nunca han vivido en Atlanta. En otro de los capítulos de la nueva temporada, decide mostrar sus dotes musicales. Lamentablemente tendrá que tocar canciones vernáculas para identificarse con el vulgo. Nada de Wagner ni Chopin. En una de las escenas más conmovedoras, se ve a Ricardito llorando y negando con la cabeza por el sacrificio al que fue llamado y se lamenta: La Bamba y con el barriobajero de Juan Zepeda, esto es onaccebtabol. Los sacrificios brutales no cesan en las aventuras de Ricardito por llegar a lo más alto. Lo obligaron a cantar con un niño que se vestía bien raro, al que él todo el tiempo llamó Mowgli, hasta después de dos semanas le pudo decir Yuawi.

La nueva temporada es rica en peripecias. Nunca Ricardito había sido tan feliz: salía en la tele, en el radio, en las redes. ¡Estaba en todos lados! Pero no todo era tranquilidad, estaba el maldito gobierno que no lo dejaba en paz. Los malos. Pero él tiene superpoderes para enfrentarlos. En una de las escenas de acción, digna de James Bond, Ricardito se da cuenta de que lo siguen los agentes del mal. Se asoma por el espejo lateral y dice para sí mismo: ya te vi, maldito anciano, acabaré contigo. Se baja del coche intempestivamente e increpa al hombre de la tercera edad que lo ve sorprendido. ¿Quién te mandó? ¿Para quién trabajas? Para el Cisen, responde por él nuestro héroe, que sube a las redes el video satisfecho de haber desmantelado una peligrosa red de espionaje.

Las preguntas que quedan para la siguiente temporada son: ¿Podrá Ricardito ganar más puntos de los que le da su partido? ¿Será competitivo? ¿Lo comenzarán a abandonar sus aliados por 'ya sabes quién'? ¿Botará la candidatura para participar en Cantando por un Sueño? ¿Qué nuevos malechores descubrirá infraganti? ¿Le creerán que es un ser humano y no un robot? No se la pierdan.

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