Opinión

Así se revisan las cuentas en los estados

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Algunos estados de la República aún están lejos de tener, de manera institucional, una verdadera rendición de cuentas. Como Coahuila, cuya Constitución local dispone que a más tardar el 31 de diciembre de cada año su Auditoría Superior (ASE) debe presentar, al Congreso local, el "Informe Anual de Resultados de la revisión a las cuentas públicas" del ejercicio anterior. En el caso, las de 2016 y se trata de todas las cuentas: del gobierno del estado, de sus 38 ayuntamientos y demás entidades oficiales, autónomas y descentralizadas.

Respecto de dicho Informe de Resultados preparado por la ASE, el Congreso del estado, por disposición constitucional, tiene la obligación de emitir un dictamen. Para ello dispone de 60 días naturales, "contados a partir de la fecha en que (se) reciba el (mencionado) Informe". Y con este dictamen, establece la propia Constitución local que "concluirá la revisión de las cuentas públicas" (art. 67-XXXIV) del año de que se trate, en el caso las de 2016.

Como la actual LXI legislatura inició sus funciones a partir del pasado 1 de enero, resulta claro que el Informe Anual de Resultados de la revisión a las cuentas públicas de 2016 debió haberlo presentado la ASE a la anterior legislatura, el número LX, que terminó su encargo el pasado 31 de diciembre, precisamente la fecha límite que tenía la ASE para entregar aquel Informe.

Si alguien se da a la tarea de buscar en las actas de las sesiones celebradas en diciembre pasado por la anterior Legislatura coahuilense, en qué fecha se recibió el referido informe anual, no va a encontrar rastro alguno de tal recepción. Como debía ser, toda vez que en cada sesión se da cuenta de la Correspondencia oficial que el Congreso recibe.

El dato de la fecha de recepción de este Informe es importante, porque a partir de ella empieza a correr el plazo de 60 días que el Congreso local tiene para conocer el dictamen sobre aquél. El hecho es, como ya se dijo, que no se encontró registro en actas de que el Informe se haya recibido.

Pero cuál no sería la sorpresa al saber que en la sesión del 27 de diciembre del año pasado se presentó y votó, de manera aprobatoria obviamente, el dictamen relativo al muy citado Informe de Resultados de la ASE. ¿Qué pasó? ¿Cómo fue? Por las notas de la prensa local se pudo saber que el Informe fue entregado al Congreso del estado el pasado 26 de diciembre.

De la información disponible se puede concluir que entre la recepción del Informe 2016 de la ASE, de la que no se dio cuenta al pleno, y la elaboración, presentación y aprobación del dictamen respectivo escasamente transcurrieron 24 horas. Apenas resulta creíble que una comisión legislativa se haya hecho cargo de tan épica labor en tan breve tiempo, pues el Informe consta de 22 tomos y comprende alrededor de 12 mil páginas.

¿Cómo fue posible hacer eso de un día para el otro? ¿Es creíble que realmente así haya sido? ¿O fue sólo un mero trámite? ¿Cuál era la prisa? ¿Se trató acaso de ocultar algo? ¿O tal vez, compadecidos los diputados salientes de los entrantes quisieron ahorrarles a éstos una tarea tan engorrosa como ingrata? Cosas de cuentas y cuentos.

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