Jorge Berry

De listas y pluris

Las elección de los candidatos para diputados y senadores plurinominales obedece a estrategias de los partidos, dejando de lado la vocación del servicio público.

La razón de ser de los diputados y senadores plurinominales no está en duda. Es una herramienta razonable de un sistema electoral para empatar el porcentaje de la votación con la representatividad en el Congreso. Pero el régimen de partidos ha torcido su intención y la ha convertido en botín político.

Esta es sólo una de las consecuencias del desvanecimiento de las ideologías partidistas del pasado, para convertirse en una simple lucha por dinero y poder, y al diablo con los principios. La vocación del servicio público prácticamente ha desaparecido entre la clase política. Es por ello que todas las promesas de campaña suenen huecas a la ciudadanía.

Resulta imposible justificar que, en Morena, López Obrador, Germán Martínez y Gómez Urrutia compartan una misma plataforma. El desprecio a sus respectivos principios (si los tuvieran) es evidente. AMLO, como comentó Jesús Silva-Herzog Márquez, ha abierto su partido a cualquiera que cumpla con un solo requisito: rendirle pleitesía. Germán Martínez, exdirigente nacional del PAN, figura central del gobierno de Felipe Calderón -a quien Andrés Manuel López Obrador nunca reconoció como presidente- y arquitecto de lo que por años AMLO calificó como un despojo electoral, ya es su incondicional. Martínez fue siempre tajantemente opuesto al rancio 'charrismo' sindical que representa Gómez Urrutia, líder minero que heredó el cargo de su padre, sin nunca haber pisado una mina, se apropió de 55 millones de dólares del sindicato y huyó a Canadá cuando le llegó el agua a los aparejos. Ayudado por las mineras canadienses, lleva años en Toronto dándose vida de millonario e impune gracias a maniobras legales que, hasta ahora, han impedido su aprehensión y extradición. La disyuntiva para AMLO: no se puede combatir la corrupción "hasta la locura" al tiempo que hace senador a un corrupto de abolengo como Gómez Urrutia. Jurídicamente, la postulación de 'Napito' será cuestionada de manera segura hasta el TEPJF. Valiente triángulo. Y de un cuadrilátero con Fausto Vallejo, mejor ni hablamos.

El PAN quiere de pluri a Miguel Ángel Mancera, como pago por hacerse a un lado en la grande. Moreno Valle se lleva otro lugar en la lista, además de la candidatura de su esposa al gobierno de Puebla. (Debería preguntarle a Alfonso Sánchez Anaya cómo le fue en Tlaxcala cuando intentó la misma maniobra.)

En el PRD las candidaturas se arreglan a sillazo limpio y, por supuesto, va de pluri a Diputados Mauricio Toledo, exdelegado de Coyoacán, a donde también manda a su grupo de choque armado con sillas a irrumpir los eventos de campaña del rival. Este exagitador estudiantil ve la política como un pleito de porros.

En el PRI, la madre de todas las batallas se está dando en lo oscurito, y la víctima será el candidato. La lucha entre Miguel Ángel Osorio Chong, a quien le prometieron la coordinación del Senado, y Luis Videgaray, quien primero dijo no, y luego que siempre sí, pone en aprietos al presidente Peña. Tal vez se solucione con otro petardo, si finalmente se da la reunión Peña-Trump. Decía Don Fernando Marcos, "el que me engaña, maldito sea; pero si me engaña dos veces, maldito sea yo, por dejarme".

Y el eterno Manlio Fabio Beltrones, ya habiendo colocado a su hija en la lista del Senado, será un diputado pluri más de la bancada del PRI.

Nadie vota por estos señores. Los deciden las cúpulas partidistas en función de sus necesidades políticas y/o económicas. Los requerimientos del país y de su población ni siquiera pasan por sus mentes.

En esa misma dinámica están encerrados los partidos en Estados Unidos. Los republicanos, preocupados por no hacer enojar a su presidente. Los demócratas, atorados en el antitrumpismo, sin propuestas claras a futuro.

No, no andamos bien aquí, ni andan bien allá.

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