Jorge Berry

Bombas en Damasco 2

Estados Unidos ordenó este viernes un ataque sobre la capital siria, lo que eleva la tensión entre aquel país y Rusia, expone Jorge Berry.

Finalmente, se produjo la respuesta militar telegrafiada desde el miércoles por el presidente de Estados Unidos Donald Trump. En una operación conjunta con Francia y la Gran Bretaña, Estados Unidos inició hoy un ataque sobre las instalaciones de producción y fabricación de armas químicas en territorio sirio. El anuncio lo hizo el propio Trump desde la Casa Blanca.

El Secretario de Defensa de EU, Jim Mattis, enfatizó que el ataque puso especial cuidado en minimizar el riesgo para la población civil. Los blancos fueron tres laboratorios que, presuntamente, fabricaban y almacenaban sustancias tóxicas, como gas sarín, entre otros. Hasta el momento, el Pentágono no tiene informes de bajas. Tampoco ha habido, hasta ahora, alguna reacción de Rusia o Irán a los ataques. Así está el parte hasta las 21:00 horas del viernes 13 de abril de 2018. La operación ya terminó.

Esta, por supuesto, no es toda la historia. Siria, por ejemplo, anunció que derribó 13 misiles, pero no sabemos, hasta ahora, cuántos fueron disparados. No se sabe tampoco si hay víctimas civiles o militares. No hubo, repito, no hubo un aviso previo a Rusia que se produciría el ataque, aunque se puso cuidado extremo en evitar que personal del ejército rojo resultara afectado, según se desprende de los dichos del Pentágono.

Ausente también de la información es de dónde dispararon lo misiles. Rusia había dicho que, de producirse un ataque, su respuesta militar incluiría el origen de los misiles, es decir, las fuerzas navales de los Estados Unidos. No está claro cómo participaron en la operación Francia y Gran Bretaña. Pero la incertidumbre mayor en este momento es si habrá alguna respuesta militar Rusa. Escribo esto a las 5:00 horas, tiempo de Moscú, así que habrá que esperar unas horas para saber lo que opina Putin. Pero ya hay algunas reacciones en la Duma, que describió a Trump como "Hitler", y a la acción como una agresión al pueblo ruso. Nada importa hasta que no hable Putin.

Parece haber alguna inconsistencia entre lo que dijo Trump, que habló de una operación sostenida hasta que cesen las agresiones químicas, y la afirmación de Mattis, que habló de un ataque aislado. Lo que dejó claro Trump, para tranquilizar a rusos e iraquíes, fue que los ataques no pretenden buscar un cambio de régimen en Siria, sino buscar eliminar el uso de armas químicas.

No se puede dejar de tomar en cuenta el marco político interno de EU en el que se produce esta crisis. Desde luego que los líos personales en los que está metido Trump se eclipsan ante este enfrentamiento, pero no parecen haber sido factor en la decisión. Sabemos que durante el día, Trump habló por teléfono con Emmanuel Macron, presidente de Francia, y probablemente con Theresa May, primera ministra británica, antes del ataque. Macron, en particular, insistió en que una respuesta militar contra Assad era imprescindible.

Pero desde luego esto saca de los encabezados al libro de Comey, al abogado de Trump Michael Cohen y, por supuesto, a Stormy Daniels, asuntos que parecen menores ante el incremento de la posibilidad de un enfrentamiento militar mayor con Rusia. En ese marco, Trump tiene programada la reunión con Kim Jong un, el dictador norcoreano.

Por otro lado, sobre la situación, pesa la sombra de John Bolton, quien lleva tres días como asesor de seguridad nacional de Trump. Bolton ya despidió a buena parte del personal a su cargo, y se le conoce como un "halcón", siempre dispuesto a usar la fuerza. Mientras, la Secretaría de Estado está desmantelada y sin cabeza, con la confirmación de Mike Pompeo, el nuevo secretario, en peligro de caerse en el Senado.

Trump debe estar, en estos momentos, maldiciendo el momento en el que decidió buscar la presidencia. Como diría el maestro Juanga, "¿pero qué necesidad?".

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