Van dos mentiras de saque: Que México no puede ser una potencia económica y que México puede ser una potencia económica… porque tiene muchos recursos naturales y los mexicanos son muy trabajadores.
Este país sí puede sorprender y ganar. Pero no está claro qué idea de "potencia" tienen los mexicanos y eso es básico.
Es viernes y tengo al teléfono a Gary Mekikian, un arriesgado empresario estadounidense que platica de una nueva aplicación que en verdad puede ganarle a Spotify y a Apple Music. La App se llama Trebel y la razón por la que platico con él es porque al menos dos mexicanos le dieron capital para lanzar el negocio.
Son dos regiomontanos representantes de poderosas familias: Adrián Sada Cueva, heredero de Grupo Vitro, y Óscar de la Garza Clariond, miembro de una dinastía que hizo dinero con el acero y ganó terreno en la política.
Trebel permite bajar al celular música de manera legal, gratuita y permanente, a cambio de ver un anuncio mientras la descarga de canciones está en proceso. El usuario se lleva sus canciones para escucharlas incluso cuando está desconectado de internet.
Hoy, 9 de cada 10 canciones que la gente escucha vía internet no reportan ingresos para quienes las compusieron o cantaron, dice Mekikian. La mayoría de la gente con "smartphone" no tiene dinero para pagar a Spotify, Apple Music u otros servicios. Por eso la escucha por ejemplo, vía Youtube, que argumenta a los músicos que su plataforma los promueve, por lo que no debería pagar derechos.
Por eso Gary Mekikian no batalló mucho para convencer a los dueños de la música de cederle derechos a cambio de pagarles con el negocio que surja de Trebel.
Sí batalló para dar con el esquema que patentó y le pertenece: ofrecer contenido, como la música, a cambio de ver otro contenido, como los anuncios comerciales. Los patrocinadores quieren los espacios publicitarios de Trebel, asegura, porque la gente permanece viendo la pantalla mientras se descarga una canción. Se meriendan, vaya, la publicidad que ahí sí, alguien pagó.
Mekikian viene de un país desarrollado en donde crean empresas ricas en las que mucha gente quiere trabajar, como Apple, Google, Facebook. Para ganar dinero, él no buscó recursos naturales o gente muy trabajadora. Le basta la gente talentosa, porque es productiva, porque pudo investigar qué esquema patentar para obtener inversiones y potencialmente un gran negocio.
Aquí en México seguimos pensando que los recursos naturales son la fuente de riqueza de las potencias económicas y de felicidad para empleados:
"Hay confianza, se va a seguir invirtiendo, se van a crear empleos y vamos a lograr el propósito de que México se convierta en una potencia económica, porque tenemos los recursos para eso, tenemos muchos recursos naturales, tenemos un pueblo muy trabajador", dijo el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, la semana pasada, luego de reunirse con los empresarios más destacados del país. La intención es muy buena, pero si a la gente le gustara trabajar extrayendo recursos naturales, las ciudades del mundo estarían vacías y el campo, lleno.
Va la lista de los 10 empresarios más poderosos de la potencia que es Estados Unidos, según Bloomberg: Jeff Bezos, Bill Gates, Warren Buffet, Mark Zuckerberg, Larry Page, Sergey Brin, Charles Koch, David Koch y Jim Walton. Ninguno de ellos se hizo rico extrayendo recursos naturales. Ganaron plata inventando procesos que ofrecen servicios.
Tranquiliza un poco que AMLO continuó así: "… tenemos un pueblo muy trabajador y empresarios que van a invertir, que van a tener el apoyo del gobierno para que tengan facilidades, que no tengan obstáculos y que se logre que haya crecimiento económico". Bien, pero que inviertan en negocios de alto riesgo como Sada y De la Garza. Mekikian dice que el esquema que patentó le permitirá pronto comercializar podcasts que en Estados Unidos finalmente están en boga, y publicaciones como, digamos… diarios.
Se habla "del ingenio del mexicano"… ojalá que además de hacer chistes sirva para solucionar grandes problemas. Así, México sí puede convertirse en potencia.