Parteaguas

Preguntas para el plan petrolero de AMLO

Jonathan Ruiz indica que es probable que el Plan Nacional de Producción de Hidrocarburos, que presentará AMLO, opte por una estrategia de mezcla de tipos de inversión.

Mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentará su Plan Nacional de Producción de Hidrocarburos. Esperó ese momento mucho tiempo.

Los mexicanos deben estar atentos a varios puntos que abordará en un discurso que definirá la relación del Gobierno con la producción de una materia prima siempre vinculada a su campaña política.

¿Qué modelo? Aunque la retórica de Morena se carga a la izquierda, lo más probable es que AMLO opte por una estrategia de mezcla de tipos de inversión. Lo revelador será el volumen de cada ingrediente en el pastel.

¿Cuánto del modelo de Estado? Cuando es el único, es el de la sola inversión y operación de yacimientos por parte de la estructura a cargo del presidente. Esto implicaría que el Gobierno mexicano tome dinero de los contribuyentes para invertir más de 15 mil millones de dólares anuales en actividades de una empresa petrolera como Pemex, para que con sus propios trabajadores perforen la tierra y extraigan lo que debajo de ésta encuentren, con las herramientas y tecnología de las que disponga la empresa del Estado. Ya no es lo usual en el mundo.

La última vez que Pemex tuvo esos recursos económicos de manera consistente ocurrió durante el sexenio de Felipe Calderón. Con Enrique Peña Nieto la cifra cayó hasta los 6 mil millones de dólares de este 2018, en un descuido brutal que he abordado previamente.

AMLO quiere sumar a ese monto el equivalente a 4 mil millones (75 mil millones de pesos). Así, en el mejor de los casos habrán unos 10 mil millones de dólares en 2019 para exploración y producción de petróleo. Muy lejos, por ejemplo, del récord de 21 mil 592 millones de 2010, del sexenio calderonista.

¿Modelo de contratos? Antes de la apertura legal del sexenio pasado, Pemex recurrió a la contratación de terceros para exploración y producción. La petrolera se ha servido de compañías como Halliburton y Schlumberger, pero también de nacionales como Grupo R, de Ramiro Garza Cantú, o Diavaz, de Luis Vázquez, por ejemplo. Expertos en dichos modelos advierten riesgos de baja productividad y su exposición a posibles actos de corrupción.

¿Y el que se desdibuja? ¿Cuánto quedará de la paulatina apertura a la inversión privada que inició el Gobierno de Peña Nieto y que ahora recibe críticas por su supuestamente baja producción? Sus defensores advierten que esa propuesta entrega dinero de inmediato al Estado durante la licitación, amén de dar al gobierno la mayoría de las ganancias cuando ya producen crudo. Éste incentiva a los inversionistas a producir, pues es su dinero el que está en riesgo.

¿La mezcla entera considerará apostar por el gas natural? Ayer, el precio del gas natural, útil para producir electricidad, cerró en 4.08 dólares por millón de BTUs en la zona del Henry Hub, cercana a Houston, Texas, que a México sirve de referencia ante la ausencia de un mercado propio.

Producirlo en esa zona cuesta alrededor de 2 dólares. La mezcla mexicana de exportación de crudo se cotiza en 52.28 y sus costos de producción rondan los 20 dólares.

Cuando el presidente deba elegir entre producir un hidrocarburo que entrega hoy aproximadamente 30 dólares de utilidad bruta, frente a uno que da 2 dólares, la tentación a centrar los escasos recursos en el crudo, será muy alta. Parece la decisión lógica, pero podría pasar por alto que hoy comercios y fábricas dependen directa o indirectamente de ese commodity. Esa decisión puede repercutir el año entrante en amenazas a la operación de empresas y la generación de empleos.

Mucho de lo anterior habrá de definirse durante los 60 minutos que le tome al presidente presentar su Plan Nacional de Hidrocarburos.

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