Parteaguas

¿Por qué los aviones llevan la ‘panza’ vacía?

El alto costo de la turbosina hace que las aerolíneas busquen maneras para reducir el consumo de combustible, aunque eso le ha pegado a sus ganancias.

Es la mitad del fuselaje, es difícil pensar que va vacío. Debajo de los asientos del avión en el que viajan en estos días hay una bodega del tamaño de la que ocupan los pasajeros… muy posiblemente, llena sólo de aire.

Ahí van las maletas… pero en este país que poco a poco se baja del camión para montarse unas alas, mucha gente viaja acaso con una mochila a la espalda a fin de pagar la menor tarifa posible. El poco equipaje en la barriga de esa ballena que vuela luciría como una canica en una cazuela.

Quien me explicó la estrategia fue Enrique Beltranena, jefe en Volaris. Una conversación me dejó claro que si bien es negocio la carga aérea, en la estrategia de las aerolíneas 'de bajo costo' no cabe esa ambición. Menos, opino yo, cuando es Pemex la que produce la turbosina y ASA la que la distribuye.

Particularmente en México la meta es que el avión sea ligero, mucho. Va la razón: 117 por ciento. Es el porcentaje de aumento que tuvo la turbosina en dos años. Un poco de perspectiva: el criticado precio de la gasolina Magna se elevó 30 por ciento en ese lapso.

¿Qué pasó con las cuentas de Beltranena y su Volaris? Pasó de ganancias netas por dos mil 337 millones y tres mil 180 millones de pesos en 2015 y 2016, a una pérdida neta de 595 millones de pesos en 2017. Un tercio de los costos de esta empresa están en el combustible.

Parte del origen del alza de precios está en la dependencia. Dejemos a un lado los nacionalismos. Por lógica, lo que no se produce en el país debe pagar un precio de transporte para traerlo. México importa turbosina de Estados Unidos, cada vez más. En 2015 fueron 8.6 millones de barriles, el año pasado 14.5 millones.

Ante la urgencia del Poder Ejecutivo de llevarla a números negros, el consejo de Pemex dejó de invertir y esta empresa productiva del Estado cada vez produce menos: 60 mil, en 2013; 48 mil, en 2015 y 40 mil barriles diarios de turbosina en 2017 y enero de este año. Con el consumo pasó exactamente lo contrario, de 62 mil barriles en 2013 a 90 mil barriles diarios en lo que va de este 2018.

Nos dio por viajar más en avión justo cuando el precio del petróleo y sus derivados aumentaron, además los traemos de lejos. ¿Qué faltaba? El posible abuso del gobierno:

"La aprobación e implementación de la reforma constitucional en materia energética tenían por objeto que los precios de los combustibles reflejaran condiciones competitivas. La ampliación de la brecha de precios entre Estados Unidos y México refleja, sin embargo, que la estructura del mercado de comercialización y suministro de combustible para aeronaves en nuestro país se ve afectada por: un sistema de precios administrado por Pemex Transformación Industrial y la SHCP y una exclusividad que restringe su funcionamiento eficiente", esa exclusividad es la de ASA y esa opinión es del regulador de la competencia en el país, la Cofece.

El aumento de precios afecta a las aerolíneas que reducen sus ganancias, pero también a quien lee este texto. Los boletos de avión ya aumentaron 12.5 por ciento en lo que va del año. En 2017 para estas fechas no habían subido de precio.

Beltranena debe mantener ligero el avión, pero no puede aguantar las tarifas mucho tiempo. En 2017, de acuerdo con cifras de Volaris, esta aerolínea tuvo un precio promedio de mil 83 pesos por pasaje, por debajo de los mil 546 de Interjet y dos mil 522 de Aeroméxico. Esos precios podrían tardar en regresar.

El líder de Volaris, empero, tiene ya otras vías para acarrearse ingresos: 26 por ciento de sus ventas vienen ahora de todo lo que no involucra el boleto, como ese costo por maleta extra. Además, una carga aérea específica, la de mensajería de sobres y documentos para empresas del ramo, es muy rentable.

En un caso de emergencia pagué 700 pesos porque me enviaran un pasaporte de una ciudad a otra en México, de un día para el siguiente. Eso es casi el precio de un pasaje y la aerolínea que lo trajo no cargó más de lo que pesa un fajo de servilletas de papel.

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