Moneda en el Aire

Los bancos populares ya están listos

¿Cuáles son las necesidades de las financieras que promueven el ahorro entre la población de menores recursos?

Nacieron con la finalidad de llegar a un sector en el cual la gran banca no tenía interés; para enfocarse en atender a la que en ese momento era llamada 'la base de la pirámide'. Con casi nueve años de existencia, las Sociedades Financieras Populares (Sofipos) pueden decir que hoy tienen claro su objetivo de trabajar en pro de la inclusión financiera, aunque no tienen precisamente definido su futuro.

El 13 de agosto de 2009 se publicaron las modificaciones de la Ley de Ahorro y Crédito Popular, en donde el objeto de los que consideraron serían los 'bancos populares' sería el promover el ahorro entre la población de menores recursos y otorgar préstamos a quienes no tenían contacto con la banca ni historial crediticio alguno. A la fecha han logrado que más de cuatro millones de personas sean sus clientes, nivel que han visto crecer poco a poco.

Hoy son 44 Sofipos operando, y, dado su perfil, con el cambio de gobierno podrían ser un vehículo que fomente su crecimiento por ser la banca popular o de los 'pobres', como se llegó a promover en un momento, ya que hoy están en más de mil 629 municipios. Esto pudiera ser benéfico no sólo para estas figuras sino para millones de personas que hoy no confían en los grandes bancos o que simplemente en sus comunidades no existe un corresponsal bancario, mucho menos una sucursal.

Guillermo Colín, presidente de la Asociación Mexicana de Sociedades Financieras Populares (Amsofipo), reconoce que la llegada de las nuevas tecnologías y las Fintech pueden significar por un lado la oportunidad de atender a más personas a bajo costo, pero también una competencia que implicaría fusiones entre las Sofipos para hacer frente a esta era que se avecina.

Para Colin el cambio de gobierno no significará que se alteren los temas en que han venido trabajando con la autoridad financiera, pero sí les presentarán propuestas, principalmente el que sigan siendo vistas como instituciones seguras y fuertes, aunque ajustar los niveles de capital acorde al tamaño de cada una y sector que atienden puede ser la diferencia de que tengan un mejor futuro. Además, si se recuerda que en su origen eran promocionadas como los 'bancos populares', podrían ahora sí convertirse en la verdadera competencia para los bancos. Por lo pronto, hoy se declaran listos para atender a más gente.

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Y en el otro lado de la moneda, en temas de ciberseguridad que ya serán el pan de cada día y en un futuro incluso hasta dejen de ser noticia, les cuento que la misma policía cibernética ha estado ya reunida con los implicados es un presunto hackeo a distancia de una Terminal Punto de Venta (TPV), en donde todo indica que puede ser un nuevo modo de fraude que ya se dio en otros países pero aquí podría estar haciendo apenas su entrada. Los implicados, que por obvias razones no han dicho nada porque ya están en plena pelea para ver quién tuvo la culpa, ya que no acepta ninguno de los dos cargar con el 'muertito', es un órgano descentralizado dependiente de Hacienda y un gran banco. ¿Quién ganará? Por lo pronto, la moneda está en el aire.

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