En el sector financiero pueden decir que las mujeres han avanzado mucho y que ocupan cada vez más posiciones clave dentro de las instituciones, pero aún falta mucho por avanzar ya que, si hablamos de directoras generales, se cuentan con una sola mano.
Parece que fue ayer cuando Enriqueta Martínez Mayorga fue la primera mujer en entrar a trabajar a un banco, a los 15 años.
Banamex fue precursor en ese momento al darle cabida a la joven en plena época del porfiriato, en 1905, cuando una vez que contraían matrimonio tenían que renunciar al trabajo.
Tuvieron que pasar 40 años para que se tuviera la primera mujer gerente del banco, que fue María Teresa Ruiz de Chávez.
Banamex fue precursor del empoderamiento de la mujer. En los años ochenta tenía incluso una área de Promoción Femenina y una titular de Banca de la Mujer.
Ernesto Torres, actual director del banco, ha hecho un buen trabajo al frente, pues ha logrado en un año cambiar las malas calificaciones que tenía en Condusef.
Pero en este tema será interesante ver qué más hará por impulsar a la mujer en posiciones clave. Hasta hoy, la única mujer con uno de los rangos más altos es María Elena Ruiz.
Otro banco que también está activo en el tema es HSBC México, con una fuerza laboral femenina de 51.14 por ciento y 48.85 por ciento por hombres. Para Nuno Matos, su director general, es claro que deben promover el talento, junto con la equidad de género.
A lo largo de su carrera recuerda que ha trabajado con hombres y mujeres de diversas culturas, etnias, distintas capacidades y países, pero reconoce que "normalmente las mujeres tienen otro tipo de sensibilidad y de intuición respecto al de los hombres y viceversa", por lo que hoy son tres las directoras del Comité Ejecutivo de HSBC México que aportan su visión en las juntas, una de ellas Lyssette Bravo.
En el último Scotiabank ha integrado a tres mujeres en cargos directivos, que reportan de forma directa a Enrique Zorrilla, quien se dice convencido del aporte del género. Pero un problema es que muchas veces las mujeres no se proponen para estos puestos.
La directora asociada de Redring, empresa especializada en recursos humanos y outsorucing, Arleth Leal, explica que en general para puestos de mayor rango, sobre todo directivos, las mujeres optan por rechazarlos. Un 48 por ciento lo hace por no salir más tarde y dejar de lado a sus familias.
Por ello, sólo hay 30 por ciento de puestos ejecutivos ocupados por mujeres. La causa es precisamente la falta de flexibilidad en los trabajos para combinar otras actividades de muchas de ellas que además son madres y esposas.
En la medida en que se trabaje en mejorar esta combinación, habrá más mujeres creciendo profesionalmente, pero sobre todo impulsando a las empresas para que les den esta oportunidad. Por lo pronto, la moneda está en el aire.