Javier Murillo es fundador y presidente del Consejo de Metrics
¿Han visto los videos del sistema de vigilancia chino que usa reconocimiento facial? Si no, es momento de que se enfrenten a su futuro, aquel en el que todo el tiempo habrá alguien siguiendo nuestros patrones de comportamiento para ver si estamos cumpliendo las reglas. Nadie se escapa de la tecnología.
Con ejemplos así, las aplicaciones de la realidad aumentada en seguridad añadieron otro rango en la escalera de la tecnología inmersiva.
No hace ni dos veranos que el mundo enloqueció mientras cazaba figuras de Pokémon Go. Pronto esa forma de irrupción tecnológica se extendió a campos educativos, de salud, de comercio… y el militar.
La realidad aumentada permite acompañar, por ejemplo, a un grupo de élite que requiera desarmar una bomba a kilómetros de alguna base militar. Con RA también pueden recibir entrenamiento grupos encargados de la seguridad de un territorio en alguna operación secreta.
Los comandos de infiltración, a través de la RA, entre grupos subversivos suenan a película de acción, pero son una realidad. De igual forma, los entrenamientos podrán hacerse en una realidad de inmersión total: reproducciones exactas de territorios, nocturnos y diurnos, para una capacitación total sobre terreno.
Por fortuna, no es la única vertiente en la que la RA es útil. En la salud ya se exploran las cirugías a distancia con esta tecnología, y en las plataformas marinas y otras zonas que requieren mantenimiento de alto riesgo ya se le considera.
Grandes empresas de construcción, del tamaño de Caterpillar, ya la evalúa para el análisis de sus estructuras. Con la RA puede reproducirse, con exactitud y en tamaño real, cada elemento de una edificación. Con ello, pueden estudiar si los materiales cotizados son suficientes o si los espacios son los ideales. Es el caso de Autodesk, empresa que se especializa en software para la construcción y que está enfocada en ese tipo de soluciones.
Todavía mejor: pueden correrse simulaciones de desempeño en situaciones como sismos o incendios. No vendría mal que este tipo de usos fueran obligatorios para construir en lugares de alto riesgo sísmico como la Ciudad de México.
Como en todos los casos la tecnología es neutral, lo que la vuelve manipulable, injusta, invasiva o peligrosa es la línea ética de quien la implementa o se sirve de ella. Siendo la RA una de las olas que van a crecer con la inteligencia artificial, habrá que cuidar los principales aspectos y valores fundamentales del ser humano para que no nos veamos un día en escenarios tipo la película de "Minority Report".