Javier Murillo

La automatización, ¿un problema de finanzas públicas?

La velocidad de implementación de la Inteligencia Artificial creará una barrera natural, ya que no le va a dar tiempo a las instituciones ni al gobierno para prepararse y parece que la única defensa de mediano plazo será crear leyes que impongan impuestos a la automatización, opina Javier Murillo.

El fin de semana me surgió una inquietud mientras corría, una hipótesis sobre que la Inteligencia Artificial pudiera llegar a ser un problema laboral y de finanzas públicas.

Hago una analogía con un tema que se ha convertido en un problema de salud pública, que son la diabetes y la obesidad. Aunque se ha buscado disminuir la propaganda e imponer impuestos a comida chatarra y refrescos, se siguen poniendo a prueba a los humanos para que reaccionen de una forma u otra frente a las tentaciones. No es broma, muchas veces es más fácil encontrar una bolsa de papitas fritas con chile en una tienda, que algo saludable para comer.

No nos vamos a meter en qué hace el Estado con el dinero que se recauda de los impuestos, ni tampoco en que si eso inhibe o no su consumo, la realidad es que abre nuevas oportunidades para las empresas noveles y las tradicionales para entrar al mercado con productos diferentes, por ejemplo: aumenta el consumo de aguas, jugos, leche o de otras bebidas saludables.

Tal parece que con la Inteligencia Artificial pasará lo mismo. ¿Tendrá el Estado que poner un impuesto a la automatización? La fuerza laboral no ocupada eventualmente le costará al gobierno y se convertirá en un problema, como pasó con la diabetes y la obesidad.

Ese es el punto, hay quienes argumentan que no va a afectar el mercado laboral y que la gente sólo se tendrá que capacitar para seguir teniendo trabajo; la realidad es que no hay tiempo para eso, la transformación digital inteligente será acelerada, ¡si apenas las personas están aprendiendo a mal usar el Excel! Es cierto, habrá casos en los que el humano no sea sustituible, pero habrá otros en las que máquinas tampoco lo serán. Tenemos que verlo como que vamos a competir con un nuevo ser y no solamente con una nueva tecnología.

La velocidad de implementación de la Inteligencia Artificial creará una barrera natural, ya que no le va a dar tiempo a las instituciones ni al gobierno para prepararse y parece que la única defensa de mediano plazo será crear leyes que impongan impuestos a la automatización, para después asegurarse de que esos recursos se inviertan en las personas para que, de una forma u otra regresen al mercado laboral. Este es el punto medular.

Por lo pronto, es un tema que debe estar en la agenda del nuevo gobierno, pues aunque el impacto de la automatización se verá dentro de los próximos 10 años, le corresponde a esta administración preparar el terreno.

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