Jaime Sanchez Susarrey

¿Puede ganar Anaya?

Jaime Sánchez Susarrey dice que Ricardo Anaya debe encontrar un tono y un eje rector que confronte y desmonte la visión de AMLO.

1. Sí, por supuesto. De entrada, porque se ha posicionado en el segundo sitio. Vino de atrás hacia adelante, fue el candidato que más creció en las precampañas y tiene una ventaja estratégica respecto Meade: puede llamar a votar por el cambio y no tiene ninguna dificultad para deslindarse del gobierno y su partido.

2. Ha navegado contra viento y marea con éxito. Planteó la construcción del Frente electoral con PRD y Movimiento Ciudadano y, pese a todos los malos augurios, salió airoso. Logró, igualmente, consolidar su candidatura a la presidencia con el consenso de perredistas y mecedistas, amén de haber conjurado las resistencias de Mancera y Moreno Valle.

3. Más allá de la inconsistencia programática del Frente y de que se logre, o no, efectuar un cambio de régimen, es un hecho que la coalición es una maquinaria electoral efectiva que tiene fuerza en los estados que gobierna, como Veracruz, o que gobernará, como Jalisco. De modo tal que ha potenciado el poder que el PAN tenía por sí solo.

4. Anaya es un joven muy articulado y de mente rápida. A lo que se suma su temible habilidad para debatir. El mejor ejemplo de su esgrima fue el enfrentamiento que sostuvo con Manlio Fabio Beltrones la noche del 6 de julio de 2016 –se puede ver en YouTube–. Aniquiló, literalmente, al entonces presidente del PRI. Por lo que se puede anticipar que su desempeño en los debates será superior a sus adversarios –no por nada, AMLO está ideando cómo esquivarlos hasta donde sea posible.

5. La juventud de Anaya puede valorarse como un activo o un pasivo. Pasivo, si se resalta que tiene poca experiencia y es muy joven. Activo, si se considera que tiene una comprensión del mundo actual superior a las visiones anacrónicas, y si se sopesa el lenguaje corporal-verbal lento y aletargado de López Obrador.

6. Anaya es, sin duda alguna, un personaje muy ambicioso y echado para adelante. Sólo así se explica que en un lapso de cuatro años haya alcanzado la candidatura a la presidencia de la República. Esa ambición, determinación y capacidad de trabajo le darán dirección e impulso a su campaña.

7. Sin embargo, para ganar Anaya debe encontrar el clivaje exacto de la contienda por la presidencia de la República. AMLO encarna al viejo PRI. Es un nostálgico de los años setentas. Tiene un recetario obsoleto. Una personalidad mesiánica. Una mente limitada. Rasgos y actitudes autoritarias.

8. Todo lo anterior es cierto, pero para que la campaña sea efectiva debe encontrar un tono y un eje rector que confronte y desmonte la visión de López Obrador. Para ello, Anaya y sus asesores deben revisar detalladamente la campaña de Macron y estudiar la forma en que logró presentar a Marine Le Pen, como lo que es, una visión temerosa y limitada de Francia y la Unión Europea.

9. La gran ventaja de Macron fue que, siendo candidato independiente, habló con claridad y precisión. No mintió ni suavizó sus propuestas. Dio números, explicó limitaciones y consecuencias. Anaya, por su parte, está atrapado en sus alianzas y en la búsqueda de equilibrios: no puede criticar la reforma fiscal o defender la reforma energética porque entra en contradicción con el PRD.

10. Pero si Anaya no encuentra el tono y la forma de hablar con claridad y verdad, difícilmente podrá despertar la simpatía de quienes no están decididos o de quienes piensan votar por AMLO, pero no son fanáticos de su candidatura.

11. Los problemas de Anaya no terminan allí. El rompimiento con los calderonistas y la campaña de Margarita Zavala constituyen un obstáculo real. En una contienda cerrada, unos pocos puntos pueden hacer la diferencia. Así que el candidato de Por México al Frente debe empezar una labor de acercamiento que le permita abrir las puertas de una negociación futura.

12. Las revelaciones recientes de la PGR confirman que hay una ofensiva del gobierno en su contra, pero eso no es el fondo de la cuestión. El verdadero fondo es si las acusaciones tienen sustento y cómo enfrentarlas. Si no lo tienen, como él mismo ha reiterado, debe responder inmediatamente con una blitzkrieg porque la duda y la sospecha matan, como lo atestiguan las experiencias de Hillary Clinton y Josefina Vásquez Mota.

13. Por eso las próximas semanas serán cruciales y debe enfrentarlas invocando la vieja sentencia de Nietzsche: lo que no te mata, te fortalece.

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