Jaime Sanchez Susarrey

AMLO: oportunidad histórica

Jaime Sánchez Susarrey escribe que nada unificará más a todos los mexicanos que recuperar la tranquilidad y paz, pero no a cualquier costo, sino mediante el fortalecimiento del Estado de derecho.

La rectificación de AMLO fue un acto racional. No hay policías capaces ni profesionales para sustituir al Ejército y la Marina. La constatación es evidente para las corporaciones municipales y estatales, pero también incluye a la Policía Federal.

La irresponsabilidad del gobierno de Peña Nieto está ampliamente documentada. Comenzó con la desaparición de la SSP, siguió con el incumplimiento de crear la Gendarmería Nacional y culminó con el abandono de la Policía Federal, que entre 2012 y 2018 reclutó 391 nuevos agentes.

El propio López Obrador describió que los federales carecen de cuarteles, y Durazo documentó que, en Michoacán, fueron desalojados de los hoteles donde se hospedaban porque no se cubrieron las facturas correspondientes.

La lección que deja el gobierno de Peña Nieto es muy clara y no tiene vuelta de hoja: se puede soslayar el problema de la inseguridad y la violencia, pero más temprano que tarde la realidad se impone brutalmente. Allí están los índices de violencia nunca antes vistos y el país entero, ya no algunas zonas, hecho un desastre.

El propio Peña Nieto ha reconocido su responsabilidad directa en el fallo de la estrategia de seguridad. Podría haber solucionado el problema invirtiendo mayores recursos, pero no lo hizo.

AMLO tiene una oportunidad histórica por dos razones: 1.- La estrategia de despenalización de las drogas; y 2.- La posibilidad de reestructurar las policías desde la raíz.

Esa ventana de oportunidad deriva de la mayoría que tiene en el Congreso y del mandato que le otorgó el 53 por ciento de los votantes.

Por eso la iniciativa de legalizar la mariguana pasará sin encontrar resistencia en el Congreso ni en la opinión pública. Incluso podría y debería ir más allá. El objetivo de mediano y largo plazo debe ser eliminar la renta exorbitante del mercado negro de los estimulantes.

Por eso, también, puede revisar a fondo el problema policíaco. En los años recientes se ha vivido un entrampamiento. Cuando Calderón propuso un mando único en los estados encontró resistencia del PRI. Y otro tanto, pero al revés, le ocurrió a Peña Nieto.

La idea de la Guardia Nacional puede materializarse de varias maneras:

A) Fortaleciendo y ampliando la Policía Federal.

B) Creando el mando único en los estados.

C) Fusionando la Policía Federal, las estatales y municipales para crear una policía nacional.

Estas posibilidades son reales. Pero ninguna puede considerarse una panacea. Todas tienen pros y contras. Lo único inadmisible es dejar las cosas tal como están y desentenderse del problema.

Sin embargo, lo que se debe descartar es fusionar las Fuerzas Armadas con las corporaciones policíacas, porque la formación y objetivos de unas y otras son completamente diferentes.

De ahí la importancia de tener claridad de miras y voluntad política que deberán traducirse en un presupuesto a la altura del problema. Escatimar recursos equivaldría a repetir el error que cometió Peña Nieto.

Sueldos decentes son la condición necesaria, aunque no suficiente, para forjar corporaciones capaces, honestas y con espíritu de cuerpo. A ello hay que agregar estímulos para consolidar y dignificar la carrera policial.

Si eso no ocurre, retirar a las Fuerzas Armadas de las calles seguirá siendo un sueño imposible. Con la consecuencia fatal de corporaciones militares que se corrompen y se ven involucradas en violaciones de derechos humanos.

El fortalecimiento del Estado de derecho pasa por abatir los índices de impunidad. Esto es vital para los ciudadanos todos y su patrimonio, pero es también indispensable para garantizar condiciones de inversión, crecimiento económico y empleo.

Alfonso Romo lo fraseó con claridad: "Sin seguridad no habrá crecimiento del 4 por ciento". De hecho, el impacto de la violencia amenaza ya directamente a las zonas turísticas estratégicas. México se ha convertido en el sexto país más visitado. No hay ningún TLC o muro que puedan debilitarlo. El verdadero riesgo proviene de la violencia y la inseguridad.

Nada unificará más a todos los mexicanos ni merecerá mayor reconocimiento que recuperar la tranquilidad y paz, pero no a cualquier costo, sino mediante el fortalecimiento del Estado de derecho.

AMLO tiene la palabra. Ojalá asuma cabalmente su responsabilidad.

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