Jacqueline Peschard

¿Por qué no queremos conocerlos?

El desencanto de la política y de los candidatos pone en evidencia la falta de respuesta para enterarse de la trayectoria y perfiles de los contendientes.

Nos quejamos mucho de la mala calidad de nuestros gobernantes y representantes populares, pero no exigimos que nos informen cuáles son las trayectorias de los candidatos a algún cargo de elección y ellos tampoco se afanan por difundir sus perfiles. Tal parece que los candidatos tienen mucho que esconder o simplemente no les importa dar a conocer quiénes son, de dónde vienen y qué propuestas tienen, pero tampoco los ciudadanos exigimos que lo hagan, quizás porque es tal nuestra desconfianza que renunciamos a cualquier presunción de que sirva de algo tomarnos la molestia de indagar quiénes aspiran a recibir nuestro voto. Dudamos que nos informen con honestidad, que no vayan a abultar sus síntesis curriculares, o peor aún, nos da igual si tienen buena preparación académica o probada experiencia profesional, porque son todos iguales.

El desencanto con la política y sus artífices puede evidenciarse en la falta de respuesta de los candidatos a la plataforma informática "Candidatas y candidatos: conóceles" (http://candidaturas.ine.mx), que elaboró el INE para concentrar en un solo lugar la información, tanto obligatoria como voluntaria, que los aspirantes a un cargo de elección federal capturan y que va desde la síntesis curricular, las 3de3 y si tienen alguna sanción administrativa. Salta a la vista que ni siquiera todos los candidatos presidenciales han capturado su Curriculum Vitae (falta Jaime Rodríguez), quizás porque es una obligación de transparencia de los partidos políticos (Art. 76, párrafo XVII de la LGTAIP) frente a la que El Bronco no siente obligación. No obstante, los cuatro tienen publicada su 3de3 o más, como la 7de7 de Meade.

Al descender al plano de los candidatos a diputados, el desinterés por darse a conocer es más notorio porque sólo han capturado sus datos curriculares 405 de los tres mil 499 candidatos registrados (11.6 por ciento) y vistos por partido político, el Verde es el que más información ha subido sobre 163 de sus 429 candidatos; en cambio el PRD y Encuentro Social sólo cuentan con una síntesis curricular y el PT con ninguna. En el caso de los candidatos al Senado, el más alto porcentaje de captura de síntesis curriculares es de la coalición que encabeza Morena (51.6 por ciento). En cuanto al interés de los ciudadanos sobre esta información, a la fecha sólo se han hecho 355 mil 734 consultas a la página, que es una cifra extremadamente baja, considerando que la lista nominal es de 85 millones de electores (0.04 por ciento).

La plataforma también permite acceder a la información sobre las 3de3, y cabe recordar que desde hace cuatro años Transparencia Mexicana y el IMCO elaboraron una página (https://www.3 de 3.mx) para que funcionarios colocaran voluntariamente la información de sus respectivas declaraciones patrimonial, de intereses y fiscal. El eco que ha tenido esta demanda social por la transparencia de quienes tengan un cargo público, llevó a que se convirtiera en una obligación de los servidores públicos una vez que el Sistema Nacional Anticorrupción apruebe los respectivos formatos de declaraciones. Está claro que la 3de3 se ha colocado como un referente obligado para evaluar la disposición de los candidatos a someterse a un primer escalón de rendición de cuentas.

Sólo 34 de los 50 candidatos a gobernadores y jefe de Gobierno han subido su información de la 3de3, y destacan por su omisión todos los candidatos de Veracruz, 5 de los de Morelos, incluido Cuauhtémoc Blanco, de Morena, y 3 de Chiapas, incluido Rutilio Escandón, de Morena, y dos independientes. De los 564 candidatos al Senado, sólo 95 han registrado su 3de3 y únicamente 99 de los candidatos a diputado federal lo han hecho. A pesar de la socialización que ha tenido la 3de3, la falta de consecuencias para quienes buscan un cargo de elección y no cumplen con ella explica la indiferencia que sigue privando.

Esta no es la primera vez que el INE hace un ejercicio para inyectar una mínima dosis de racionalidad al ejercicio del voto, para que no sean solamente la música pegadora de un spot o los ataques entre candidatos lo que motive al electorado; sin embargo, seguimos sin el compromiso expreso de los partidos, en buena medida porque no tiene costo para ellos ocultar la información.

Si los ciudadanos nos propusiéramos no votar por aquellos que no difundan su 3de3 y sus datos curriculares, quizás avanzaríamos en la ruta de elevar el nivel de exigencia para quienes quieren nuestro respaldo ciudadano.

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