Isabel Cruz

Felicitación al Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable por la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación

 

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Es importante felicitar a todos los miembros y operadores técnicos del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable por la instalación de la Comisión de Igualdad de Género y No Discriminación, que sin lugar a dudas abrirá un espacio de discusión y aportaciones para la construcción de políticas públicas en favor de la igualdad de la mujer rural, de su empoderamiento y en aras de una inclusión amplia de las mujeres en la vida social y económica del país.

En nuestra experiencia y como resultado de investigaciones sobre perspectiva de género e inclusión financiera que ha realizado el equipo de investigación de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social en alianza con investigadores de altísimo nivel de la Universidad de Ginebra, de la Universidad Pedagógica Nacional y de la Universidad de Louvain en Bruselas, se ha encontrado que una de las principales barreras para lograr el empoderamiento de las mujeres rurales no está en la ausencia de programas para dotar recursos, créditos o activos, sino más bien, en los mecanismos bajo los cuales estos son otorgados, porque en esa dotación se reproducen roles de género que anclan a la mujer en su papel reproductivo, como cuidadora y responsable única de lo que sucede a la familia, de manera que en lugar de empoderar a la mujer, se incrementan sus cargas y responsabilidades. Un ejemplo claro de esto es el programa Prospera, el cual, pone en manos de las titulares el apoyo, lo cual puede ser visto como un incremento del poder de negociación por el manejo de recursos monetarios; sin embargo, este mayor poder de negociación se diluye cuando el mismo programa pone toda la carga y labor de cuidado de los hijos en la mujer madre y jefa de familia, excluyendo de la participación –pero también de la responsabilidad- a los padres. El mismo programa de forma indirecta "castiga" a mujeres que ingresan al mercado laboral, ya que éstas son dadas de baja del programa aún si sus hijos necesitan el apoyo, porque no pueden asistir a la serie de reuniones y juntas obligadas por el Programa Prospera, obligando de esta forma a que la mujer permanezca en casa cumpliendo su rol maternal reproductivo.

Otro caso ilustrativo de la forma en la que se reproducen roles patriarcales de género, aparece en las microfinanzas, en donde una mayor participación de mujeres en créditos grupales, no necesariamente es resultado de una política dirigida para la igualdad financiera de las mujeres y su empoderamiento económico, sino la creación de la demanda basada en características de la mujer ancladas en su rol reproductivo como por ejemplo que están disponibles en casa, que son localizables, pueden asistir a reuniones y movilizar a otras mujeres a realizar lo mismo para cumplir con los requisitos del crédito grupal –lo que al mismo tiempo restringe su movilidad y su capacidad empresarial-. Si bien en estos casos, las mujeres acceden rápido al crédito pues el grupo es el aval del mismo, el mecanismo también opera en muchos casos como un freno a la posibilidad de emprender de las mujeres confinándolas a actividades de medio tiempo, de baja rentabilidad, de escaso valor agregado, lo que las mantiene disponibles y flexibles para un siguiente ciclo de crédito.

Por esto y otras cuestiones, en el tema de igualdad de género no tenemos nada resuelto, no hay recetas únicas, ni procesos homologados que vayan a lograr resultados masivos. En el tema de las mujeres hay muchos perfiles y análisis que es necesario hacer antes de intervenir con una política que pueda tener un impacto –no deseado o no previsto- contrario a romper las barreras de la discriminación y del encasillamiento de las mujeres en ciertas actividades reproductivas y de cargas en el hogar. Por ello, este espacio dentro del Consejo Mexicano podrá tener resultados muy positivos ya que permitirá el diálogo y el trabajo continuo de un gran número de organizaciones, que como la nuestra, tienen evidencia y experiencia sobre lo que ocurre en las comunidades, lo que permitirá sin duda, encontrar las mejores prácticas y mecanismos para impulsar el desarrollo sostenido de las mujeres en el campo.

*Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social.

Correo: isacruzh@gmail.com

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