Gerardo Herrera Huizar

Nuevo comienzo

Lo más importante será recuperar la confianza ciudadana, mitigar el hartazgo social, reivindicar la moral pública y la ética política.

La contienda llegó a su fin, la jornada electoral del 1 de julio se constituye en el parteaguas virtual de la sucesión política más controvertida de los tiempos modernos, aunque todavía habrá de recorrerse un largo tramo de más de dos meses para la decisión final.

Para cuando este breve artículo aparezca, pues su redacción coincide con el proceso de votación, tendremos un nuevo conductor designado, se habrán realizado sendos festejos prematuros en las sedes de los institutos políticos y, si todo marcha conforme lo planeado, el presidente del INE habrá dado a conocer los resultados del PREP, anunciando al virtual triunfador. Nada que diferencie drásticamente el actual proceso de otros ya vividos.

Sin embargo, las circunstancias que han marcado las etapas previas incorporan una serie de ingredientes que dan vapor a la incertidumbre. Continuidad o cambio será la gran disyuntiva del nuevo gobierno. Recuperar la tan lacerada concordia nacional será una tarea primigenia, que no se antoja fácil, dado el largo periodo que se abre para la calificación de la elección y la entrega de la constancia de mayoría. Las impugnaciones serán factor decisivo.

El deterioro que ha sufrido el sistema de partidos obligará a la redefinición interna. El daño estructural requerirá de una ingeniería mayor para rescatar algo de sus fundamentos y sanar heridas. Pero lo verdaderamente trascendente será la recuperación de la confianza ciudadana, la mitigación del hartazgo social, la reivindicación de la moral pública y la ética política, cuya expresión corre por las vías de la corrupción y la violencia.

El virtual triunfador deberá enfrentar, desde este día, una exigencia social desbordada, aún sin haber ocupado formalmente el trono. La prospectiva para los seis años venideros se irá manifestando en sus designaciones. Los perfiles que se elija para componer su gabinete serán más expresivos que el discurso.

De nuevo el comienzo.

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