Con Todo Respeto

Vende Santander derechos de departamentos inexistentes

Georgina Morett escribe que los remates bancarios terminan siendo fraudulentos, pero es sorprendente que los propios bancos sean causa de este tipo de fraude.

Alguna vez hemos escuchado que los remates bancarios terminan siendo fraudulentos, ya que algunas empresas que se dedican a ello son creadas específicamente para hacer este tipo de prácticas, pero es sorprendente que los propios bancos sean acusados de fraude.

En 2012 la empresa SUMA GPS, SA de CV, adquirió los derechos adjudicatarios de 12 departamentos en la unidad Morelos y Pavón ubicada en Cuernavaca, Morelos, y seis años después sólo pudo tener cuatro departamentos y un acta levantada por fraude en contra de SANTANDER.

En la Fiscalía General de Justicia de Morelos, la empresa SUMA GPS demandó por el delito de fraude a Santander, por lo cual se abrió la carpeta de investigación SJ/01/2265/2016; el juicio lleva 2 años y los abogados prevén que pueda tardar dos años más.

Pero la realidad de estos derechos adjudicatarios de 12 departamentos en la Unidad Morelos y Pavón raya hasta en la hilaridad, ya que algunos de ellos fueron edificados en el aire, que sería la única explicación.

Quizá el más escandaloso de los casos, por la falta de seriedad del banco, es uno de los departamentos que el juez pidió que se escriturara a favor de Santander por el avance que tenía el juicio y posteriormente se entregara a la empresa que compró los derechos.

Así, Raúl Emmanuel Gutiérrez Alvarado, director jurídico de Recuperación, y Raúl Bragi Sánchez Jiménez, subdirector jurídico de Recuperación firmaron la escritura a favor de SANTANDER y se comprometieron a, inmediatamente después, escriturarlo a favor de SUMA GPS.

Y ya con la escritura a nombre del banco, simplemente se niegan a firmar a favor de la empresa que compró los derechos adjudicatarios y que además pagó los honorarios de los abogados, del Notario 163, quien realizó la escritura, además de los impuestos y servicios.

Como ya habíamos comentado, tres departamentos de los que se vendieron los derechos adjudicatarios ni siquiera existen. En uno de ellos la escritura señala que tiene colindancias con el departamento del sexto piso, pero oh, grave problema, el edificio sólo cuenta con cinco niveles.

En otro, la escritura señala que se encuentra en un sexto piso, de un edificio de cinco niveles, y el último todavía está más alto, ya que según la escritura está en un octavo piso de un edificio que también tiene cinco niveles. En pocas palabras vendieron el aire.

En otro de los 12 departamentos vendidos por derechos adjudicatarios lo que sucedió es que el banco, al tratar de recuperar el inmueble por falta de pago de quien lo hipotecó, dejó de actuar por más de 10 años jurídicamente, por lo cual prescribió el delito y ya no se puede hacer nada, es decir vendieron un litigio que dejaron perder.

De uno más ya se había destruido el expediente y por lo tanto no hay nada qué hacer; de otro, ni siquiera se encontró el expediente, y el último, que parecía que se lograría poner en regla en el momento de la escritura, al sacar el certificado de libertad de gravamen, se dan cuenta que también estaba hipotecado con FOVISSSTE y se le tendrían que pagar los 20 años de adeudo a esta institución.

Los dueños de la empresa, que mostraron toda la documentación que les entregó Santander y la demanda que interpusieron en su contra, están desesperados, ya que además del desembolso para comprar los derechos adjudicatarios han tenido que gastar cerca de 700 mil pesos y han pasado seis años sin que tengan respuesta.

COLUMNAS ANTERIORES

Casa para todos
Mando civil o militar es sólo simbolismo

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.