Con Todo Respeto

Pelean por el segundo lugar

Georgina Morett escribe que el PRI enfrenta su propio debate, ya que existen dos fuertes corrientes en su interior, luchar por el segundo lugar o luchar contra el puntero.

Antes del debate de candidatos a la Presidencia, el PRI enfrenta su propio debate, ya que existen desde el inicio de las campañas dos fuertes corrientes a su interior: la primera, que hasta ahora ha ganado en el war room, propone luchar contra el segundo lugar para desde ahí buscar el voto útil y ganar la elección; la segunda corriente propone pelear con el puntero en las encuestas para de esta forma quitarle adeptos.

Aseguran que, hasta el momento, continúa la discusión respecto a si deben enfrentarse a Ricardo Anaya, con quien las cosas se pusieron muy tensas el pasado fin de semana, y aprovechar el enojo del panista para mandarlo al tercer lugar de las preferencias y, de esa forma, en 20 días, lograr convencer a los indecisos y a los que temen la llegada de Andrés Manuel López Obrador de que José Antonio Meade es la opción el próximo 1 de julio.

Hay otros priistas que desde el inicio de la campaña han visto este camino muy cuesta arriba y que consideran que su candidato no debía desgastarse en pleitos contra el panista, que sólo han servido para pulverizar sus votos, mientras Andrés Manuel sigue creciendo, y también están por que José Antonio Meade se deslinde del Presidente y el gobierno federal, como única opción para atraer el voto útil.

A unos cuantos días de la elección es absurdo que en el PRI ni siquiera tengan clara la estrategia de cómo posicionarse en una de las elecciones más difíciles para este partido, ya que puede perder en la Presidencia, y de nueve gubernaturas en contienda, sólo tienen la posibilidad de triunfar en Yucatán.

Y ya pasaron casi dos meses y medio desde que iniciaron las campañas, que es tiempo suficiente para darse cuenta que no les dio buenos resultados la estrategia de pegarle al segundo lugar, ya que, de acuerdo con la mayoría de las encuestas, siguen en tercero.

Mientras, en el PAN se preparan para nuevos ataques contra su candidato Ricardo Anaya, y reiteran que esta campaña, en la que se ha utilizado a la PGR, es una muestra clara del acuerdo entre el PRI y Morena.

Todo hace parecer que la contienda es para ganar el segundo lugar y que ya se olvidaron que López Obrador les saca hasta 20 puntos en las encuestas.

Pero, independientemente de lo que suceda en el debate, la realidad es que, sobre todo en los últimos días, se ha dado un terrible enfrentamiento entre el PAN y el PRI, que seguramente fortalece todavía más a Andrés Manuel López Obrador.

El jueves en la noche se presentó un video editado en el que Juan Barreiro, hermano de un empresario queretano vinculado al candidato que investiga la PGR por lavado de dinero, habla sobre negocios irregulares para presuntamente financiar la campaña presidencial de Anaya.

Un Anaya desencajado salió en un video culpando al gobierno de Peña Nieto, y de ahí pasaron a los insultos. Meade acusó Anaya de ser un "vulgar ladrón", y el candidato del PAN le reviró: "A ese candidato del PRI, con esa carita de mosquita muerta que tiene, la verdad es que es un cínico corrupto, igual que todos los del PRI y el 1 de julio, a punta de votos, lo vamos a poner en su lugar. Vamos a ganar",

Como un fuerte llamado de atención, para que quede claro que la lucha es contra el puntero, Diego Fernández de Cevallos dirigió toda la caballería contra López Obrador al señalar:

"Lo cierto es que para nosotros, cualquier opción será mejor, o menos mala, que entregar el país a un orate, a un enfermo, a un psicópata, a un iluminado, a alguien que se le tiene que tratar como Dios porque los demás son súbditos".

Con este nivel en las campañas y esta falta de claridad, López Obrador llega al debate sin siquiera tener que prepararse.

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