Más de cinco décadas en las que hizo de todo, hasta ostentar, por unos minutos, el cargo de presidente del PRI y la renuncia de César Augusto Santiago sólo consta de siete palabras: "¡Suficiente! Hoy decido renunciar a este PRI".
Así sale del tricolor quien fue considerado uno de los alquimistas de los triunfos priistas, un hombre que ingresó al PRI en 1961 y que tuvo una extensa carrera en su partido, que fue muy cercano a una de las figuras más polémicas: Roberto Madrazo.
César Augusto fue en cuatro ocasiones diputado federal y quizá una de sus máximas aspiraciones fue ser gobernador de su estado natal, Chiapas, pero como le comentó en una ocasión a Beatriz Paredes cuando era presidenta del Revolucionario Institucional, la realidad le cambió el rumbo en sus años de militancia.
Ya que muy joven se vino a México para hacer su carrera política, porque los gobernadores tenían que ser reconocidos a nivel nacional, que cuando logró posicionarse los candidatos ya se elegían por tener trabajo político en sus estados.
Era imposible no encontrar a César Augusto Santiago o a parte de su equipo en una elección local, de hecho en los comicios federales de 2006 fue quien dijo que se podía hacer fraude en el Conteo Rápido del Instituto Federal Electoral, después del conteo tan cerrado entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador.
Sin duda, conoció todas las oficinas de su partido y cuando fueron oposición fue considerado como el alquimista electoral que los podía hacer ganar en las distintas entidades.
Pero ahora, la descomposición de los partidos de oposición es tal, que hasta las figuras que parecen emblemáticas renuncian.
César Augusto Santiago asegura que formará un nuevo partido y que ya cuenta con una base de 90 mil simpatizantes.
De esta forma se convierte en uno más de quienes buscan crear nuevos partidos, y será difícil que después de la desconfianza de la ciudadanía logren consolidarse, pero es innegable reconocer su atrevimiento para este cambio después de más de 50 años de militancia.
Agarren sus lugares
La confrontación en Veracruz entre el actual gobernador, Cuitláhuac García, y el exgobernador Miguel Ángel Yunes tendrá un punto culminante el próximo 23 de enero en el Congreso de Veracruz, cuando se lleve a cabo la audiencia pública del juicio político contra el fiscal general de estado, Jorge Winckler, ya que su defensor será ni más ni menos que el exgobernador Miguel Ángel Yunes.
Conociendo al político veracruzano podemos asegurar que como espectáculo valdrá la pena verlo, lástima que la política se convierta en eso.
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Con la inseguridad en niveles alarmantes desde hace por lo menos tres sexenios, el Congreso aprobará en período extraordinario la Guardia Nacional, que de acuerdo con las últimas declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador contempla que el mando operativo sea militar y el administrativo sea civil.
Para esta reforma requieren de las dos terceras partes del Congreso, por lo que los legisladores de Morena necesitarán de votos más allá de su alianza con el PES y el PT, pero ya tienen fuertes negociaciones con distintos priistas.
La Cámara de Diputados prevé realizar al menos cuatro cambios importantes al dictamen aprobado en diciembre sobre la Guardia Nacional, con el objetivo de atender algunas de las críticas y observaciones realizadas por servidores públicos y expertos, uno de ellos relacionado con el mando civil.