Fernando Schutte

Militares y marinos, el honor de México

 

1

Ahora resulta que los derechos de los miembros de la delincuencia organizada son mayores que los de las fuerzas armadas, tanto castrenses como policíacas.

Desde hace un tiempo los medios de comunicación nos han transmitido acusaciones en contra de las fuerzas armadas por hacer uso excesivo de la fuerza. Lo anterior, aunque haya sido para repeler una agresión de alguna de las muchas mafias que amedrentan a nuestro país. A quienes juzgan sin saberlo, sería bueno decirles que si un convoy recibe una agresión con armas, inclusive, de alto poder, la respuesta no se debe dejar esperar ni en tiempo ni en forma. Así se diga que las fuerzas armadas o la policía, tienen que hacer un uso racional de la fuerza, debido a que están mejor preparados que sus adversarios. Desgraciadamente, muchas de las veces los delincuentes pueden tener igual preparación y aún más, pueden tener mejor armamento y sin la desventaja de estar uniformados como nuestros elementos, hecho que a los criminales les da la delantera de pasar por desapercibidos.

Tengo claro que sin el gran compromiso y entrega que han demostrado tanto el Ejercito Mexicano como la Marina Armada de México en contra del crimen organizado, sin ellos, México estaría en mucho peor situación de la que se percibe en la actualidad; sin embargo, esta lucha no debiera ser de las Fuerzas Armadas, mismas que están realizando labores policíacas para las que no fueron entrenadas; nuestros soldados mueren por la Patria, pero también matan por la Patria, esa es su función. Cada vez que se acusa a un militar y se le juzga civilmente me parece una afrenta en contra de nuestro ejército. Como todos sabemos la impunidad en los juzgados civiles llega al 98%, pero ¿sabía usted que en la justicia militar la eficiencia es del 98% y solo un 2% de impunidad?

Cada vez que perdemos la vida de algún soldado, marino o policía, para los medios de comunicación y, por ende, para la gente en general resulta de lo más normal; lo debido sería, creo yo, generar una gran indignación. En cambio, cuando se abate a un delincuente surgen grupos de derechos humanos, y vale la pena decirlo: muchos de ellos han sido creados o cooptados por la propia delincuencia organizada, para distraer a la opinión pública, victimizando así a los delincuentes y desprestigiando a nuestros elementos dedicados a protegernos.

En muchas ocasiones el General Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda ha comentado que la seguridad pública no es función de las Fuerzas Armadas, pero, finalmente, se tiene que apoyar en dicha labor. La seguridad pública, primeramente, tendría que darse en la esfera de la competencia de los gobernadores, y éstos muchas de las veces suelen desentenderse del tema, recurriendo a solicitar el apoyo de la Policía Federal, del Ejército o de la Armada, cuando son ellos los responsables de la seguridad en sus estados. En este tema concedo que existe un problema mayor y este tiene que ver con las policías municipales; ya lo he dicho, el hilo se rompe por lo más delgado… Los gobernadores culpan de la inseguridad a los municipios, pero poco han hecho por lograr el mando único o, al menos, la coordinación policial unificada.

El Presidente Enrique Peña Nieto, instruyó que se hicieran 5 academias, una en cada región del país, pero además tenemos que lograr que los policías tanto estatales como municipales tengan todos la misma preparación, luego entonces si saben lo mismo y sus riesgos son iguales, deberían, pues, ganar lo mismo y no 4,600 pesos como muchos de ellos contra 15,000 pesos en otros lugares.

El Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea y la Marina Armada de México, son instituciones que debemos de cuidar, entendiendo que después de ellos no existiría otra instancia. Hoy por hoy siguen siendo las más queridas y respetadas por los ciudadanos. No permitamos que se manche su imagen ni que se trastoque su honor.

Twitter:@Fschutte

También te puede interesar:

La fuga del Chapo: es un criminal no una leyenda

El Chapo no es el mayor problema de México

¿Debilidad institucional o tolerancia?

COLUMNAS ANTERIORES

En Tlatlaya sí hay culpables
Organizaciones pseudo ciudadanas

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.