Debate Puntual

¿Quién es el indicado para enfrentar el reto del TLCAN?

El columnista escribe sobre la relación del TLCAN y el proceso electoral y analiza a los candidatos en cuanto al tema.

En el marco de la renegociación del TLCAN, el presidente estadounidense Donald Trump endureció sus posturas en una escalada de tensiones comerciales, imponiendo aranceles a las importaciones de acero y aluminio de la Unión Europea, Canadá y México. Ante el embate, la UE calificó la medida del presidente norteamericano como de "proteccionismo puro y simple".

México y Canadá reaccionaron a la decisión de la administración de Donald Trump tomando medidas de retaliación que en conjunto representan casi 17 mil millones de dólares. Algunos de los productos que Canadá gravará son nueces, jugo de naranja, salsa de soya, catsup, latas de puré y bienes siderúrgicos. México gravará embutidos, diversos tipos de queso, uvas, manzanas, arándanos, lámparas y aceros planos (tubos diversos, lámina fría y caliente). Esto representa el monto equiparable a la afectación que generarían los aranceles impuestos por EEUU a los dos países.

No podemos separar el tema del TLCAN y la imposición de aranceles de nuestro proceso electoral, tomando en cuenta la gran responsabilidad que tendrá respecto a este tema el hombre que asuma la Presidencia. Tampoco dejo de lado las similitudes entre uno de los candidatos y el presidente de Estados Unidos.

Contrario a lo que Andrés Manuel López Obrador ha propuesto, la economía de México (o de cualquier país, para fines prácticos) no puede sostenerse sólo fortaleciendo su producción y su economía locales. Tardaríamos muchos años y requeriríamos de una inversión inimaginable para llegar a un punto en el que, en nuestro país, se produjeran todos los materiales e insumos necesarios para la operación y crecimiento de todas las empresas productivas. Ser una economía completamente autosuficiente, que no dependa de las importaciones o de las interacciones comerciales con otros países, es casi imposible de lograr.

La propuesta de López Obrador sería idéntica en muchos sentidos a lo que enfrentan hoy los estadounidenses: a la propuesta de una economía cerrada y al alza de aranceles, el mundo responde con más aranceles. Los precios de productos cotidianos comienzan a aumentar porque mucho de lo que consumimos hoy en día es importado, porque ningún país ha logrado atender las necesidades de sus propios ciudadanos basándose sólo en su propia producción, menos en un mundo cada vez más conectado que exige el intercambio de tecnologías, conocimiento y productos para el desarrollo de las naciones.

Aún no existe fecha exacta para que los tres países firmen una versión del TLCAN que presente beneficios para todos. Entretanto, nosotros en México podemos ayudar a la construcción de un futuro más sólido mediante la elección de un jefe de Estado responsable, con un temple inquebrantable para tomar decisiones que contribuyan al desarrollo integral de México y su potencial, con respuestas asertivas; que no provoque conflictos, que cuente con experiencia en relaciones internacionales, conocimientos profundos de economía y tenga el pulso para cultivar con nuestros vecinos causas y aspiraciones comunes.

Entre las opciones que tenemos en la actual contienda está López Obrador, quién desconoce muchos de los temas necesarios para navegar en una economía global cambiante como la de hoy en día; un hombre que propone una política económica parecida a la de Donald Trump y que proyecta un escenario que ahuyenta la inversión exterior y predice choques constantes con el presidente de nuestro país vecino. Por otro lado está Ricardo Anaya, un candidato sin experiencia real que ha demostrado que es mayor su ambición política que sus resultados (el nivel más alto que ocupó en una administración fue subsecretario de Turismo, por unos meses); ante los retos que un presidente tiene frente a sí todos los días, Anaya se vería disminuido y necesitaría de un equipo muy experimentado e intachable que pudiera ayudarlo a salir al paso.

José Antonio Meade representa una oportunidad única ante el escenario global y el local: por primera vez en nuestra historia tenemos un candidato con la mayor preparación para asumir la máxima responsabilidad del país; ha ocupado varias secretarías de Estado de gran relevancia, conoce bien los problemas de México y entiende ampliamente el escenario internacional y su influencia sobre nuestro presente. Ante el gobierno proteccionista de Donald Trump, el doctor Meade es la persona más apta para generar acuerdos con el mundo, en beneficio de nuestro país, nuestros amigos y aliados; es el más hábil y puntual, su mesura le permite abordar sin mayor recelo cualquier tema nacional e internacional porque sus propuestas son estructuradas, no se enfrasca en cuestionamientos vanos, lo anterior en el entendido de que ninguna economía puede separarse del mundo sin afectar a sus ciudadanos, como sucede hoy, lamentablemente, en Venezuela.

Hace unos días, Meade dejó muy clara su postura en una entrevista con José Cárdenas: "México enfrenta un riesgo cuando su principal socio comercial no entiende la forma como opera el comercio, ni el lugar que ocupan Estados Unidos y Canadá en la Unión Europea, en términos de productividad". Al mismo tiempo, entiende que es un problema que no sólo se resuelve en las negociaciones con otras naciones: "se debe trabajar para buscar una forma de competitividad que no dependa de las decisiones comerciales de otros".

A menos de un mes de la elección presidencial, es de gran importancia comprender el lugar privilegiado en el que se encuentra México ante al mundo. Nuestro Debate Puntual debe ser sobre el futuro, para elegir un presidente que no quiera gobernar con base en caprichos, palabrerías o frases cómicas sino con políticas públicas y exteriores enfocadas, actuales, inteligentes y de gran envergadura. Votar con los sentimientos puede costarnos vivir los siguientes 6 años en incertidumbre y retroceso.

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