Opinión

El show que comienza

Mario Rodarte E.

En días recientes los medios han difundido una serie de notas relacionadas con acciones emprendidas por diversos agentes, en contra de lo que en su opinión las reformas han afectado, o van a afectar sus intereses. La lista no es muy larga, pero si es significativa, así como la forma en que reaccione el poder judicial para resolver las controversias que se generen. Empezamos por la reforma fiscal, en donde una gran cantidad de causantes, la mayoría empresas, busca se de marcha atrás en la aplicación de diversas nuevas disposiciones, como el cobro de una tasa de IVA igual en las zonas fronterizas a la que aplica en el interior de la república. Los argumentos son en su gran mayoría geniales, por lo exagerado de los mismos, ya que aducen riesgos de quiebra y cierre de negocios, hasta una baja sensible en la actividad económica debido a que los consumidores preferirán adquirir sus productos en lugares en donde no aplique dicha disposición. Lo más seguro es que para cuando esto se resuelva apenas se empiecen a publicar algunas cifras que permitan mostrar ciertos efectos de las disposiciones sobre el consumo, la actividad económica y el empleo.

En este mismo tema se encuentran las quejas de algunas maquiladoras que aducen la pérdida de competitividad si es que se cobra el impuesto a las importaciones temporales de productos que, una vez ensamblados, serán exportados nuevamente. Curiosamente la industria automotriz, que puede ser considerada como una de las grandes maquiladoras no ha protestado ni dicho este pico es mío, a partir de lo cual podemos asumir que la sospecha de la autoridad, en la que se basó su decisión está bien fundada y consiste en que muchas empresas importan bajo las facilidades de la maquila, para revender a otras esos productos como insumos, obteniendo una utilidad atractiva. Otra gran queja está relacionada con el límite o tope que se ha puesto para poder deducir ciertas prestaciones. Hasta donde se sabe, prácticamente no hay queja de los trabajadores o de sus sindicatos, por lo que al parecer no habrá marcha atrás. Una solución para las empresas para poder deducir completamente sus costos, es pagar en efectivo las prestaciones y todos contentos.

Luego tenemos el caso de quien busca un amparo contra la decisión del nuevo organismo regulador de las telecomunicaciones, para que las empresas de cable cumplan con la disposición de ofrecer y entregar las señales de la televisión abierta para toda su clientela. La Corte ya obsequió una suspensión temporal, pero sin duda la batalla legal, el cabildeo y los gastos en abogados apenas empiezan. No sabemos cómo vayan a reaccionar los consejeros y personas afectadas por el cambio en la estructura y marco legal de organismos autónomos, aunque si tuvieran dinero, emprenderían un litigio para permanecer en sus puestos y seguramente ya han hecho cualquier cantidad de llamadas entre sus amigos, cuates, patrocinadores y clientela política persiguiendo el mismo fin.

Posiblemente sea un poco arriesgado afirmarlo, pero es posible que la nota del crecimiento exorbitante en la deuda de algunas entidades sea una manera de protestar de las mismas por los recortes de recursos que se han hecho debido al escaso crecimiento en la recaudación y a que prácticamente se agotaron los excedentes petroleros. Si recordamos que esta deuda también tiene calificación triple A, puede estar pasando por la cabeza de algunos gobernadores que, llegado el caso, el gobierno federal los rescatará y los ayudará a salir del atolladero, en cuyo caso hacen bien en seguir acumulando pasivos.

Decimos que esto apenas empieza y conforme avancen las reformas, seguiremos viendo reacciones de quienes se ven afectados en sus intereses. Los maestros y su gremio reaccionaron ante la reforma y por lo menos se llevaron algunos buenos cheques firmados por gobernadores y funcionarios agradecidos. También ya viene la reunión de los mandatarios en los países firmantes del TLCAN y ya se escuchan las voces de quienes quieren aprovechar la ocasión para revisar el tratado y dicen tener ya a sus grupos de trabajo preparando propuestas. Como vengan las mismas, quizá ni ellos lo saben, aunque como decimos, se trata de defenderse de todo lo que puede afectar intereses.

Es increíble que en una economía como la mexicana, en donde cualquier diagnóstico indicaba que lo que se requería para crecer era precisamente realizar algunas reformas en el famoso andamiaje institucional y en donde para nadie es novedad la desigualdad y la falta de oportunidades, se gasten, o si se quiere, se desperdicien tantos recursos promoviendo la defensa de ciertos reducidos grupos. No queremos ni pensar cómo van a reaccionar cuando finalmente se apruebe la famosa reforma que promoverá mayor competencia, aunque seguramente lo que veremos es un escenario de cambios imperceptibles en el marco de la competencia, que no afecten a nadie, o bien uno en el que las reformas profundas sean objetadas con gran intensidad, que haga que la sociedad se canse y termine por olvidar que alguna vez se propuso algo diferente. El espectáculo apenas está por iniciar, así que hay que asegurar lugares en primera fila, para no perder detalle.

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