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Pyme mexicana, entre las mejores del mercado nuclear

 

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De entre las cientos de miles de cosas que jamás pensé encontrarme en México dentro del Universo Pyme se encuentra el conocer a una pequeña empresa vinculada con la seguridad nuclear. Se trata de una empresa cien por ciento mexicana que ofrece servicios de certificación, capacitación, asesoría, atención y servicios a plantas nucleares tanto en México como en el mundo.

No parece gran cosa, aunque lo es, lo es si tomamos en consideración que en todo el territorio nacional hay una sola planta nucleoeléctrica -la de Laguna Verde- con dos reactores, mientras que en Estados Unidos, por ejemplo, hay 75 plantas nucleares con 104 reactores entre todas ellas. Francia abastece 80 por ciento de sus necesidades eléctricas con sus 57 plantas nucleares activas. Corea del Sur, hasta hace algún tiempo, tuvo el ritmo de incorporar una central nuclear por año a su complejo nucleoeléctrico.

China cuenta con 21 centrales nucleares y 28 más en construcción. Si México tiene una central con dos reactores, la lógica señalaría que somos en ese terreno importadores de talento, de servicios, asesoría y capacitación. Y NO.

No porque resulta que de los 104 reactores nucleares instalados en la Unión Americana la empresa mexicana, Bartlett de México, ha estado en 80 realizando diversas labores, las más frecuente capacitando al personal de esas centrales nucleoeléctricas estadounidenses, verificado sus normas y políticas de seguridad, o certificando a sus técnicos.

Y muy pocos saben que en México se ha desarrollado incluso un detergente especial para la limpieza de la ropa que los trabajadores usan cuando están en sus tareas dentro de la zona de los reactores nucleares. Un detergente que por supuesto se importaba a precios muy altos pero que ahora se exporta por la calidad y eficiencia del producto desarrollado por mexicanos.

El caso es que Bartlett de México, a la cabeza de HUMBERTO MOTA MOLINA, ha conseguido un prestigio internacional destacado al extremo de que da servicio a varias plantas de Estados Unidos e incluso ha sido llamada para prestar apoyo a Japón.

Pero no tiene mercado suficiente para crecer en México por tener muy pocos incentivos. Casi todo su desarrollo, lento, está orientado hacia el extranjero.

Y la política fiscal mexicana no ayuda tampoco a que generen gran parte de sus ingresos en el extranjero. Ni el Pitex ni el Altex le ofrecen ventajas si capacita a más técnicos con la idea de exportarlos como verificadores, capacitadores o normalizadores.

El director general de esta peculiar empresa mexicana considera que los lineamientos actuales de la carga fiscal no fomenta el trabajo para las compañías nacionales que venden más en el extranjero en calidad de servicios y no de productos.

Tanto la carga social del IMSS como la forma en la que tienen que contribuir al fisco con el Impuesto Sobre la Renta,  no juegan precisamente a favor de que generen más técnicos reconocidos internacionalmente para enviarlos de manera constante a varios países en donde México tiene un prestigio destacadamente reconocido en el mercado de las centrales nucleares mundiales.

No saben cómo hacer para que tomen en consideración su problemática y consigan que esta empresa, como otras, puedan ser punta de lanza para que México se distinguiera por la formación de técnicos en materia de seguridad nuclear para que no sólo BARTLETT de México (ninguna relación con el político poblano, aclaro) sea exitosa, sino que se extendiera el éxito en una diversificada cadena de empresas con relación directa con la seguridad en centrales nucleoeléctricas en diversas partes del mundo. Una verdadera lástima.

Correo: direccion@universopyme.com.mx

Twitter: @ETORREBLANCAJ

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