Universo Pyme

Producir muchos 'cuchupetas'

El columnista relata cómo fue comer en este restaurante de Sinaloa que sirve como ejemplo de las Pymes que sobreviven en México por su calidad y sin apoyo.

Si usted ha visitado Mazatlán y comido mariscos, sabe de qué escribo. En varias ocasiones fui a ese puerto de Sinaloa sin posibilidades de cumplir agenda propia. Siempre de trabajo, de entrada por salida.

El tianguis turístico número 43 me dio la oportunidad de conocer el nuevo centro de esa población, adentrarme en su historia, reconocer el orgullo del mazatleco luego de la inversión que hizo de su centro histórico en uno de los centros más bellos de América Latina y el malecón de mayor distancia en país de habla hispana en el mundo.

Pero también tuve el referente histórico de haber comido en "El Cuchupetas", en la población de Villa Unión, a 50 kilómetros del Centro de Convenciones de Mazatlán y a menos de diez minutos del Aeropuerto Internacional.

Y si el centro y el malecón provocaron mi asombro y por supuesto orgullo como mexicano, la experiencia con el Cuchupetas será también imborrable de la memoria. Espectacular.

El Cuchupetas es muy seguramente uno de los tres restaurantes de mariscos más exquisitos en el país. Conocedores del menú de mariscos, que han comido en todos los rincones marisqueros del país así lo aseguran y es muy fácil creerles.

La historia de este restaurante remonta a 1987, hace 31 años, luego de que su propietario Manuel Sánchez Villalpando concluye una experiencia empresarial dolorosa con una cantina que llevaba por nombre "El picuro". Manuel decidió apoyarse en una mesa que le prestó su suegra para comenzar el negocio que sería hoy referente obligado para los visitantes de Mazatlán.

Cuchupeta es un vehículo, debe ser una camioneta, oxidada y con el evidente paso del tiempo que a pesar de todo camina. Eso dice el vocabulario popular. En realidad a Manuel Sánchez le apodaron "El Cuchupetas" porque en alguna ocasión se quebró el brazo, dicen que le quedó chueco (cucho) a lo que había que añadir la propensión a tomar cervezas y bebidas espirituosas.

Cuchupetas le apodaron y en su lápida así le habrán de recordar cuando pase lo que tiene que pasar esperamos que durante muchos, muchos, muchos años más.

El caso es que en estos 31 años la casa con la que inició Manuel instalando una mesa prestada por su suegra se agregaron más mesas, se habilitaron más habitaciones, se compraron casas anexas y el éxito no dio para hacer algo planeado y en forma de restaurante.

Entrar a "El Cuchupetas" es ingresar a una suerte de laberinto que hace recordar los recorridos que hicieron las tropas norteamericanas para dar muerte a Osama Bin Laden. Cuarto a la derecha, cuarto pequeño a la izquierda, pasillo estrecho, otro cuarto a la derecha, uno sorpresivo se asoma por en medio... y así, hasta tener que ir al baño, que en relación al la cantidad de mesas que hay en el lugar es a todas luces insuficiente, pintoresco y previo a ingresar habrá usted de conocer la bodega en donde elegantemente pudiéramos decir que se acomodan las cajas de cerveza a como caigan y donde caigan.

El cuchupetas no ha comprado mesas elegantes y son las de madera, las mismas en donde se sienta una mujer del pueblo con sus nietos y su barrigón esposo que toma más cervezas de las que debiera, que el Gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, cuando come como cualquier otro comensal al lado de cualquier otra familia sin que nadie le moleste y con sus escoltas esperando a el exterior de la casa.

El camarón, los langostinos "a la Cuchupeta" son la especialidad de la casa. Camarones de talla grande partidos a la mitad aderezados con mayonesa y con una ligera cama de queso asados al carbón o bien a la plancha. La receta secreta, que seguro existe, nadie la obtiene pero los platillos que no tienen el nombre del dueño son igual de exquisitos que los cuchupeteados. Aguachile, Pescado zarandeado, tacos Gobernador (dicen que en honor de Francisco Labastida cuando era Gobernador de la entidad), Callos de Hacha, tacos de pescado empanizado... para qué seguir.

El caso es que como este maravilloso lugar para comer pescado pero sobre todo marisco en serio en otros giros y especialidades habrá centenares de negocios de comida exitosos en nuestra República Mexicana.

El esmero del dueño, y un magnífico sabor hizo imposible que este negocio se mantuviera en la informalidad. Ahora es invitado a congraciar a ex Presidentes que cuando fueron primer mandatarios visitaron al restaurantero en su laberinto inmobiliario. Pregunten cuántas veces El cuchupetases invitado a preparar comidas a diputados y senadores.

Esos negocios... habríamos de recuperarlos de la informalidad en la que la mayoría inician para formalizarlos, rodearlos de proveedores también formales, proyectarlos a mayores ambiciones aun conservando su esencia original.

Pero la mayoría quedan así, sin poder llenar todas las paredes de sus locales con fotos de personajes famosos del país, de Sinaloa y del mundo. Muchos se mueren, llegan al callejón que es la informalidad y ahí se estancan.

Manuel superó ese riesgo por su calidad y atención personalizada, pero no todos los negocios tienen esa misma suerte.

Conocí al dueño de los Tacos La Pantera que ha de estar vendiendo ahora 10 mil tacos de canasta al día en el sur de la Ciudad de México, pero no voy a mezclar las historias en honor a esos camarones "a la cuchupeta" que habrán de acompañarme en la memoria por el resto de la vida.

Nada más por eso.

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