Universo Pyme

Inicia cruzada vs. el robo de celulares

Hay cuatro mil 200 hurtos de celulares por día, 175 por hora o casi tres por minuto. Hoy México lidera en AL el delito del robo de móviles.

Ninguno de los aspirantes a la presidencia, cuando llegue al poder, de conseguirlo, podrá abatir la ilegalidad y la corrupción como por arte de magia. Por más que AMLO crea que su sola figura como presidente de México recompondrá las cosas en el renglón, ese proceso será harto más complejo y requerirá de muchos, muchos años. Será un largo camino, no poco doloroso, que exigirá la participación activa de todos. El papel más importante estará del lado de la población civil.

Porque en el país juegan malos, muy malos; y buenos, muy buenos. Los segundos son muchos más en número que los primeros pero éstos obtienen utilidades más generosas que los segundos y, además, están organizados.

Veamos el mercado de celulares. En el país hay 123 millones de habitantes, números gruesos. De ellos, 80 millones de personas cuentan con 18 o más años. Entre todos tienen funcionando, teóricamente, 117 millones de celulares.

Muchos de los celulares usados que se compran en el mercado mexicano son robados. Datos confiables pero no oficiales hablan de un millón 533 mil celulares que son robados en el país cada año. Esto significa que hay cuatro mil 200 robos por día o 175 por hora o casi tres por minuto.

En la CDMX el robo oscila entre los 850 y los mil celulares por día.

Si nadie comprara lo robado dejarían de robarlos, pero lamentablemente esto no ha sido posible ni siquiera pensarlo, aunque algo se avanza. Porque finalmente la lista de los buenos buenos es no sólo inmensamente mayor sino también cuenta con gente con mucho talento.

Ahí está el caso de Rafael Mondragón, presidente de Cash Apoyo Efectivo, una firma prendaria que hasta hace poco estaba dentro de las filas de la Amespre, de la que decidió retirarse voluntaria y momentáneamente (dice).

Es probable que su salida haya estado vinculada de alguna manera u otra con la estrategia que ha emprendido Rafael para contribuir a que su negocio no se vincule con referentes ilícitos.

Es decir, aún siendo presidente de la Amespre, Rafael recibía ofertas generosas de grupos de delincuencia organizada para que el sector prendario fuera el canal de distribución de los celulares robados por bandas de rateros especializados en el nicho.

En ese entonces cerró la puerta a cualquier posibilidad de aceptar ese trato. Pero la delincuencia no paró con la negativa de Rafael y procedieron a tentar a dueños en lo particular, recibiendo casi de manera unánime negativas.

Pero en algún punto alguien habrá cedido porque algún celular robado habrá llegado a casas de empeño para ser vendido a algún incauto consumidor. Se asegura que con tal de deshacerse de estos aparatos los rateros los llegan a vender en 500 pesos aunque en promedio posteriormente puedan ser revendidos entre tres y seis mil pesos.

Mientras eso llegaba a suceder ocasionalmente en las casas de empeño, a pesar de que han desarrollado una intensa labor en todo el país al lado de autoridades estatales para evitar que a sus aparadores lleguen mercancías robadas, Rafael se fue a Londres para conocer al detalle de la GSMA, que es una asociación donde confluyen las empresas manufactureras y los prestadores de servicio de telefonía movil.

Esa asociación tiene un sistema único de identificación de todos y cada uno de los aparatos celulares que son producidos y vendidos en cualquier rincón del mundo.

Todo teléfono celular que sea producido debe contar con un número de identificación conocido como el International Mobil Equipment Identidy Database, un código de 15 numerales que le ofrecen al teléfono celular una identidad única capaz de ser rastreada, de tal manera que si todos tuviéramos la disciplina de conservar ese número y de reportar a las autoridades su extravío o robo, seguramente nadie podría hacer uso del aparato y no habría mercado. Literalmente no habría quien quisiera comprar un teléfono que no sirve ni servirá nunca.

El caso es que Rafael Mondragón se fue a Londres, conoció la GSMA y negoció con ellos la posibilidad de tener acceso a esos datos, y conformar un sistema único en México y el mundo. Sí, el mundo.

Se trata de un sistema (de información prendaria) que da acceso ordenado a una solicitud de un particular o empresa que consulta con el ADN del teléfono si ese aparato tiene algún reporte de robo.

En cuestión de pocos segundos el sistema le ofrece a usted la respuesta por la módica cantidad de dos pesos con 50 centavos. Eso es lo que le viene costando a usted la tranquilidad de comprar un aparato celular 'derecho' en lugar de comprar uno 'chueco' que le puede costar muy caro por insertarlo en la cadena delincuencial.

A Rafael Mondragón le costó una buena cantidad de dinero llegar a este sistema gracias al trabajo de los talentosos hombres mexicanos que le saben a eso de la tecnología y la programación, y que estuvieron trabajando durante cerca de un año hasta terminar con este sistema que iniciará labores en la CDMX en mayo y que posteriormente iniciará operaciones en el Estado de México, Hidalgo y Morelos antes de que finalice este año, para cubrir al resto del país lo antes posible y probable antes de 2020.

Es un paso importante de apoyo al combate de la delincuencia organizada y del lado de los intereses de los ciudadanos honestos. No habrá más pretextos para que plazas de la tecnología, tianguis, hospitales de celulares o casas de empeño sean parte del negocio negro de celulares.

Y después será posible que este sistema mexicano se extienda a otras partes del mundo en donde esas prácticas siguen siendo, como en México, muy frecuentes. Hoy nuestro país es la nación en América Latina que liderea el delito del robo de celulares. Es de los más notorios a nivel mundial.

Distinguido deshonor.

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