Dicen quienes le conocen de tiempo atrás que Andrés Manuel era, de niño, ventajoso y peleonero. Le habrá quedado 'la tendencia a las cuerdas' y el intercambio de golpes en corto.
Pero no con la iniciativa privada Andrés Manuel. No con la iniciativa privada con la que tendrás que tratar, con la que tendrás que apoyarte, a la que tendrás que aprender a escuchar. Es la iniciativa privada del país al que pretendes gobernar.
Tendrás que trabajar con ella en su diversidad y ella tendrá que hacerse la idea de que tú serás el presidente de México.
Aunque las encuestas no votan, hasta el momento las ventajas hablan de una clara posibilidad de triunfo de AMLO en las elecciones de julio entrante.
Al día siguiente, de ser electo presidente de México, AMLO tendrá que pensar que gobernará para todos los mexicanos, incluyendo a quienes al parecer no respeta ni quiere: a los pirruris y a los miembros de "la mafia del poder".
Por un lado dice que no va a perseguir a nadie, pero su desprecio y rechazo hacia la cúpula empresarial es más que evidente. Parece inverosímil creer que no sabe que nadie en este país, ni él mismo, por supuesto, podrá gobernar solo, y menos sin contar con el apoyo de la iniciativa privada nacional e incluso la extranjera, por supuesto.
Por eso la idea de pelear con los hombres de negocio y de empresa no parece ser una buena idea a menos que lo que quiera es seguir polarizando el clima político y social en México.
Me ha llegado un tuit en el que se exige al momento derogar la reforma laboral, "¡Basta del obsoleto y decadente régimen empresarial!". Instauremos una República de Trabajadores y Trabajadoras. Exijamos un salario mínimo diario de 353 pesos. Súmate a la REBELIÓN de la Fuerza Laboral.
Sin comentarios.
En materia de Pymes habrá mucho que hacer si lo que quiere es que las minorías marginadas, que también las hay en el ecosistema empresarial mexicano, participen de sus políticas públicas y se fortalezcan de ellas.
Y requerirá de mucho apoyo de la iniciativa privada si lo que procura su equipo es articular adecuadamente las cadenas productivas, elevar el nivel profesional del empresariado, capacitar a la base trabajadora, aumentar la productividad, fomentar el ahorro, impulsar a la juventud emprendedora, fomentar el financiamiento productivo, engrosar la clase media, crear más y mejores empresas aprovechando las vocaciones regionales, fomentar la organización productiva en beneficio, sobre todo, de las regiones olvidadas del crecimiento y ajenas al desarrollo social.
Muchas cosas se pudieran lograr si hay un diálogo cordial, respetuoso con el aparato productivo. Pero si no hay respeto, sino intención de revanchismo, difícilmente podrá tener los resultados que procura como presidente.
Este país podrá resolver sus problemas si hay unión, políticas públicas consensuadas y claras, si hay colaboración y entendimiento entre los factores de la producción. Enconos y revanchismos, Andrés Manuel, no colaborarán en nada para conseguir un México que aproveche al máximo todo su potencia