Érase una vez un Número

Doce años después

Eduardo Sojo destaca cuatro elementos que hacen particular a la actual campaña electoral, respecto a otras desarrolladas en este siglo.

Cada campaña para la presidencia de la República tiene características especiales. En la actual cuatro elementos son diferentes de las desarrolladas en este siglo: la participación de una candidata independiente, Margarita Zavala; las alianzas electorales, pues por primera vez todos los partidos con registro van en alguna coalición electoral (la que se antoja más tradicional entre el PRI, Partido Verde y Nueva Alianza; la normal entre Morena y PT con el PES; y la disruptiva, que forman el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano); un tercer elemento es la muy baja aprobación del gobierno en turno, y el cuarto la ventaja con que inicia AMLO.

La primera vez que el candidato de Morena participó en una campaña para pde la República fue hace doce años. En este artículo destaco las diferencias utilizando dos encuestas de una de las empresas más serias y con mayor historial en encuestas electorales, GEA-ISA. La encuesta de febrero de 2006 que tenía en mis archivos y el reporte de marzo de 2018 publicado en su página de internet. Utilizó la preferencia efectiva (eliminando los indecisos) para facilitar el análisis, aunque creo que la tasa de no respuesta por segmentos específicos está dando información interesante.

La primera diferencia entre las dos encuestas ya la apuntaba en el primer párrafo. Hace doce años, a estas alturas de la contienda electoral la encuesta de GEA-ISA reflejaba un empate entre Felipe Calderón y AMLO con 35 por ciento de la preferencia efectiva; Roberto Madrazo registraba 29 por ciento, seis puntos menos. En 2018 AMLO tiene una ventaja de entre cinco y seis puntos respecto a Ricardo Anaya, con el mérito adicional de hacerlo con un nuevo partido.

Por regiones, la preferencia para AMLO en zonas urbanas es la misma en las dos encuestas (36 por ciento); ha ganado terreno es en la zona no urbana, donde los porcentajes son 32 vs. 39 por ciento para 2006 y 2018, respectivamente. Lo anterior coincide con los cambios observados en las preferencias electorales por AMLO en las diferentes zonas del país; ha perdido en la ZMCM (59 vs. 39 por ciento) y ganado en el sur-sureste (35 vs. 54 por ciento). En la zona norte y en la región centro los cambios son menores.

También se observan patrones interesantes por grupos de edad. Gana participación en los segmentos de menor edad, de 17 a 24 años (35 vs. 42 por ciento) y de 25 a 39 años (35 vs. 40 por ciento) y pierde en los de mayor edad, de 40 a 54 años (37 vs. 35 por ciento) y de 55 y más (33 vs. 30 por ciento).

Por segmentos de mercado, parece haber perdido terreno en los altos, AB/C+ (36 vs. 34 por ciento), mantenido la preferencia en los segmentos bajos, D/E (36 por ciento) y ganado en los segmentos medios, C (37 vs. 39 por ciento) y D+ (32 vs. 37 por ciento).

Lo que llama más la atención en las encuestas es el cambio en la imagen de López Obrador. En 2006, 53 por ciento tenía una imagen positiva de él y 21 por ciento una opinión negativa; ahora es prácticamente al revés, pues 27 por ciento tienen una imagen positiva y 49 por ciento una imagen negativa, situación que parece haber ocurrido con todos los políticos a juzgar por las opiniones que se tienen del resto de los candidatos a la presidencia de la República.

En síntesis, doce años después han mejorado las preferencias electorales a favor de AMLO, pero esta situación no ha sido generalizada, existen segmentos regionales, demográficos y económicos donde ha ganado terreno y otros donde lo ha perdido; y su imagen se ha deteriorado significativamente.

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