Dolores Padierna

Nuevo acuerdo con EU y Canadá, ¿hacia dónde vamos?

Es un punto de partida para una nueva relación entre México y Estados Unidos, así como un potencial para incrementar la relación con Canadá.

El presidente electo Andrés Manuel López Obrador destacó hace unos días que durante las negociaciones para renovar el TLCAN (que ahora algunos comienzan a invocar como TEUMECA), los representantes de su gobierno lograron defender la soberanía energética y eliminaron la pretensión de incluir prácticamente toda la entrega petrolera llevada a cabo por el gobierno en funciones, lo que no es poca cosa.

Falta ver cómo, durante el proceso de aprobación por el Congreso de EU, reaparecen las presiones de los senadores republicanos o de representantes de los gigantes energéticos, que siempre buscan "mayor certeza", que no es otra cosa que una entrega sin condiciones de nuestra riqueza energética.

En su balance, Marcelo Ebrard habló de avances (en materia de excepcionalidad cultural), compromisos ("una nueva política industrial activa para fortalecer el mercado interno de la mano del sector privado") y retos (reglas de origen que pueden traer "problemas de adaptación", particularmente a medianas y pequeñas empresas).

"El gobierno electo refrenda el compromiso de promover el crecimiento económico y mantener la estabilidad para mejorar las condiciones de vida de todos los mexicanos", dijo Ebrard el 1 de octubre, cuando leyó el comunicado a nombre del gobierno electo.

El futuro gobierno destacó que el acuerdo conseguido "recoge la agenda laboral que propusimos en campaña, que implica garantía plena a los derechos de los trabajadores y libertad sindical".

También "establece mayor margen de acción a los gobiernos para la inclusión de las pequeñas y medianas empresas en beneficio de la integración económica. Esto es una oportunidad para el fortalecimiento del mercado interno y una apuesta al capital humano como ejes del desarrollo del país".

Algunos avances

Según información preliminar, existen aspectos importantes del TEUMECA que representan beneficios para nuestro país, como los relacionados con la excepcionalidad cultural, la eliminación de restricciones al sector agrícola y el obligado incremento de salarios en algunos sectores.

"Es importante destacar que, por primera vez, se reconoce en el texto del acuerdo la excepción cultural para la protección de la diversidad cultural, su dimensión creativa, simbólica y económica como elementos del desarrollo humano", sostuvo el posicionamiento del próximo gobierno.

Otro elemento benéfico, según destacó el negociador Jesús Seade, es que "se mantiene todo el capítulo 20 de resolución de controversias", ya que Canadá se adhirió totalmente. Este capítulo puso freno a los intentos reiterados de unilateralidad de Donald Trump.

Aspectos críticos

Pese al mesurado optimismo expresado por los representantes del gobierno, existen temas conflictivos que seguramente abren la puerta al debate: organismos civiles han señalado posibles violaciones a la neutralidad de internet, a partir de restricciones bajo la materia de derechos de autor; y otros sectores alertan sobre retos para la industria automotriz por el incremento del contenido regional, el tope de 2.6 millones de autos y el hecho de que 40 por ciento deberá ser fabricado en zonas donde se pague a los trabajadores 16 dólares por hora.

Pese al avance que implica el nuevo acuerdo, la administración Trump ha decidido mantener medidas unilaterales proteccionistas, como en el caso de la llamada "guerra del acero y del aluminio", que ha generado una tensión extrema con China. Incluso el artículo 32 del nuevo acuerdo tiene una clara dedicatoria para la segunda economía más poderosa del mundo. Este bloque norteamericano se convierte en un "muro comercial" frente a China y esto afectará, sin duda, el potencial de relaciones comerciales entre México y el país asiático.

Es lamentable también que el tema migratorio haya quedado fuera, por lo que México deberá redoblar sus esfuerzos para negociarlo en el marco de las propuestas que ya ha esbozado López Obrador; es decir, de la necesidad de promover el desarrollo del sur de nuestro país y de Centroamérica.

El TEUMECA, en resumen, es apenas un punto de partida para una nueva relación binacional entre México y Estados Unidos, así como un potencial para incrementar la relación con Canadá.

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