Opinión

De cabildeo y política


Rosario Guerra
 
 
Porque si, porque no y por lo mismo...subsisten diferencias en el PAN, aunque hay coincidencia en cambiar el régimen fiscal de Pemex y abrir a inversión privada nacional y extranjera…el PRI, en voz de Camacho, asegura que en sus documentos básicos está definida y consensuada la propuesta para modernizar la política energética. El PRD insiste en que no se hagan cambios constitucionales pues ya se acepta inversión privada y sólo se requieren cambios legales.
Los tres partidos coinciden en que se debe liberar a Pemex de la excesiva carga fiscal que merma sus posibilidades de inversión. Por tanto, cual hermanas siamesas, la reforma energética y la fiscal están íntimamente vinculadas. Sin la misma aportación de la paraestatal en la recaudación actual, se debe mejorar recaudación, pero no será suficiente. Se habla de acabar con regímenes especiales, con la consolidación y habrá nuevos y mayores impuestos, IVA y  IEPS incluidos.
 
El tema de fondo es quien se queda con la renta petrolera, más allá de la propiedad de los hidrocarburos, y ahí está el problema: que tipo de inversiones, quien decide y cómo se amortizan. PAN y PRI están más alineados en sus objetivos y las medidas que deben tomarse, pero transitar sin las izquierdas en un proceso de modernización se vislumbra complicado, en medio de alianzas electorales, y de movilizaciones en calle, con posibles brotes de violencia.
 
El Pacto por México dejó de funcionar como instancia de resolución y generación de iniciativas por consenso. Los temas van directo al Congreso, foro en el cual se tomarán las decisiones como expresión de soberanía popular. Cambios constitucionales requieren dos terceras partes del pleno, y los cambios legales la mitad más uno. Ningún partido por si mismo logra estos porcentajes. Luego entonces las reformas serán por acuerdo o no serán.
 
La iniciativa de Enrique Peña Nieto que ya perfila Luis Videgaray y que por ley debe presentarse en septiembre, incluye ambos temas por sus mutuas implicaciones. Se acompañará de una oferta de seguridad social universal y un seguro de desempleo. Otras reformas siguen discutiéndose por lo cual no hay la certeza de un periodo extraordinario.
 
En el caso de la reforma financiera existen resistencias en torno a que para hacer efectivas las garantías, y facilitar el acceso al crédito, se introduzcan figuras como cárcel y embargos. En reforma educativa hay un buen avance en comisiones de las leyes secundarias, pero no así con la CNTE. En telecomunicaciones también se trabajan los dictámenes.
 
Pero donde se concentran los partidos es en la reforma política, que busca cambiar el sistema político, para impulsar esquemas de cogobierno y parlamentarismo frente al modelo presidencial, que para muchos está agotado, pues los electores han dado paso a una pluralidad que debe convertirse en gobierno de responsabilidades compartidas, lo que requiere mayorías parlamentarias, por el momento solo posibles en alianzas.
 
El día de hoy el PAN presentará a la Comisión Permanente su iniciativa de reforma energética, si los senadores finalmente la apoyan como lo expresaron. El asunto es que va primero, pues para lograr acuerdos se intercambian propuestas. La política es de gran relevancia para el PAN-PRD, mientras las económicas son prioritarias para el PRI-PAN, sin que dejen de ser importantes para el PRD.
 
Finalmente como Rosario Robles y Luis Videgaray reconocieron, los programas sociales que no rompen la pobreza, han sido paliativos, pues combatirla implica acabar con un círculo de atraso en salud, educación, seguridad y sobre todo empleo remunerador, sólo viable con un sostenido crecimiento económico, entonces si complementado con políticas sociales más participativas.
 
 
 
 

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