Opinión

De cabildeo y política


 
Rosario Guerra
 
Al Senado acuden los interesados en modificar o frenar la reforma hacendaria. El PAN busca alianzas para evitar incremento del IVA en las fronteras, el PRD simpatiza con propuestas. Busca echar abajo el IVA en importaciones temporales y transporte, así como el financiamiento del seguro de desempleo con cargo a los ahorros en vivienda de los trabajadores. Otro tema en su agenda es la deducibilidad de los vales de despensa y otras prestaciones sociales que se fijó en 47 por ciento.
 
La consolidación fiscal desaparece pero quedan sus efectos acotados a un plazo para el pago con el régimen opcional. El PRD busca aumentar tasas a la comida "chatarra" a 8 por ciento y a bebidas endulzadas a dos pesos por litro. El senador Barbosa se dice dispuesto a analizar impuestos que dañen la economía de los trabajadores. El cabildeo se expresa en el Senado ante la molestia del gobierno federal. Ya Luis Videgaray reprochó a empresarios que modificaciones en la Cámara de Diputados evitarán recaudar poco más de 50 mil millones de pesos en 2014, aunque buena parte de éstos derivó de acuerdos entre partidos, no con cabilderos, en temas de IVA a colegiaturas, hipotecas, renta y vivienda.
 
Sin embargo, las acusaciones hacia la firma Pricewaterhouse Cooper, que fueron negadas y aclaradas a destiempo, generaron descalificación hacia el cabildeo. PwC señaló no cobra por agenda con legisladores y que sus honorarios en pesos de un millón son por estudios para evaluar el impacto de un cambio fiscal sobre una rama económica. Como sea, en Cámara de Diputados se acotó al cabildero limitando el diálogo entre éstos y las Comisiones, a solo 20 que tendrán acceso. En el Senado, Ríos Piter, del PRD, envió una iniciativa para regular lo que calificó de extorsión y tráfico de influencia, delitos ya establecidos en ordenamientos penales. Más recientemente Arturo Escobar envió también su propuesta para regularlo.
 
Todas las iniciativas reconocen la práctica del cabildeo como inherente a los regímenes democráticos, práctica que permite profesionalizar el diálogo entre legisladores y grupos sociales, empresariales, filántropos, profesionistas, asociaciones, para presentar información tendiente a modificar alguna disposición que puede perjudicar/beneficiar a ciertas actividades económicas y sociales. Pero al final, prevalecen dudas sobre esta práctica y es que no todos los cabilderos lo son realmente. A fin de profesionalizar la actividad legítima del cabildeo, se creó PROCAB cuyos miembros se sujetan a códigos de ética que las mismas empresas exigen en contrataciones por regulaciones en sus países de origen, o por transparencia en caso de nacionales, a fin de evitar problemas.
 
Se ha regulado cabildeo en reglamentos del Congreso, aunque se llegan a registrar legisladores o servidores públicos cabilderos, las disposiciones se refieren más bien a terceros, es decir, a cabilderos contratados. El cabildeo es incómodo cuando cuestiona medidas gubernamentales, pero no por eso se le debe desterrar del necesario diálogo con legisladores que al final toman decisiones con base en información disponible. Sería una visión muy autoritaria pues supuesta compra de votos es absurda e inviable en órganos colegiados y plurales.
 
¿Quieres conocer más sobre una actividad? Declara que la vas a regular, decía un amigo legislador, y en breve tiempo los cabilderos te nutrirán de información sobre el tema, más allá de la disponible en fuentes oficiales. Hay que discriminarla y verificarla, pero se enriquece la discusión.
 
El Senado registra mayor presencia de cabilderos, por la composición de sus bancadas, porque no hay mayorías preestablecidas, por los actores en la sucesión de las dirigencias partidistas en PAN y PRD, por los temas que aborda en las reformas hacendaria, energética y política. Con la reelección de legisladores, ¿quién se atreverá a votar aumento de impuestos? Quizá sea tiempo de regular el cabildeo para que no se registre fuera de los canales institucionales y sin transparencia.
 
 
 
 

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