Signos y Señales

La deuda pública, ni buena ni mala

El columnista explica por qué es importante poner atención al semáforo de deuda del país, que será determinante para el próximo año.

Ya sin llenar esto de muchas cifras, sólo las necesarias, en materia de deuda el problema no es el monto, sino el peso del servicio de la deuda pública, amortización e intereses, que es muy alto, incluso en el nivel subnacional, como es el caso de gobiernos como el de Veracruz, que han tenido que recurrir a reestructuras, es decir, a postergar el periodo de pago de la misma, a muchos, muchos años.

Es importante el destino de la misma y el papel de los congresos locales, que autorizaban montos de endeudamiento, pero sin ningún candado. Esto es ni para qué ni cómo se iba a contratar, generándose grandes espacios de opacidad.

La deuda estatal debe ser para actividades productivas, concepto que nunca se ha definido. Por ejemplo, durante la Convención Nacional Hacendaria de 2004, se acordó y produjo un Manual de Buenas Practicas en Materia de Deuda Pública, que se presentó a la Comisión Permanente de Funcionarios Fiscales, pero se perdió.

Para el caso de los estados y municipios, la nueva Ley de Disciplina Financiera busca frenar el constante aumento en el endeudamiento de los mismos, así como establecer las condiciones para un mejor manejo de las finanzas públicas estatales, siendo obligado un balance presupuestario, es decir, que no se gaste más de lo que ingresa. Esta ley se complementa de manera directa con lo que hasta hoy es el principal reto en materia de transparencia y rendición de cuentas en los estados y municipios, que es la implementación plena de la armonización contable.

La suma total de deuda en las entidades federativa para 2017 asciende a 580 mil 644.7 millones de pesos. De los dos mil 446 municipios del país, 865 están en el registro de deuda; lo que más destaca de este punto es que al segundo informe trimestral de deuda municipal de 2017 de la Secretaría de Hacienda, 397 no entregaron información o se entregó parcialmente, esto es poco menos de la mitad de los mismos, incumpliendo con la obligación de transparentar su información.

De los 51 mil 470 millones de pesos de deuda municipal, los 25 municipios con más deuda al cierre de 2017 concentran 47 por ciento de la misma.

De estos 25 municipios, nueve se encuentran en semáforo amarillo y sólo uno, Tlaquepaque, no presentó información, todos los demás se encuentran en verde, esto es, si bien su monto es importante, se cuenta con capacidad de pago para atender sus compromisos.

El semáforo de deuda es muy importante, ya que para el año que entra, dependiendo de su situación, serán las condiciones para poder contratar deuda o no.

Sin embargo, existen 44 municipios con el indicador de pasivo de corto plazo en rojo, esto es que gastan más de lo que pueden pagar. Una cosa es cierta, la deuda de los estados no pinta y mucho menos la de los municipios respecto al PIB, que equivale en promedio a 3.0 por ciento del mismo. Para el caso de los municipios equivale a 85.3 por ciento de las participaciones y a 35.2 por ciento de los ingresos totales; sin embargo, no es el monto de la deuda sino la capacidad de pago que se tiene para la misma la que se debe de tomar en cuenta.

La deuda es un mal necesario, pero bien contratada y gastada no representa un problema. Lo malo es que no siempre es así, en algunos casos son altas tasas de interés en las que se pactan, lo que implica una renta mensual a las administraciones futuras. La falta de transparencia de en qué se gasta es otro mal, hay estados que tienen un nivel bajo de deuda y su préstamo se da en condiciones buenas; sin embargo, su falta de transparencia crea inconformidad ante la ciudadanía.

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