Opinión

Comisión nacional contra la corrupción ¿Para qué?


 
 
Juan Federico Arriola
 
 
Una de las cuestiones más complicadas es combatir la corrupción que ha hecho metástasis en nuestra atribulada patria, desde hace décadas y que tiene moribundos a la democracia y al Estado de Derecho.
 

Por lo anterior parece importante construir un mecanismo eficaz para disminuir y quizá erradicar este mal en México.
 

El gobierno federal actual ha planteado la necesidad de crear una comisión nacional anticorrupción que sustituirá la fallida Secretaría de la Función Pública, antes Secretaría de Desarrollo Administrativo y originalmente llamada en diciembre de 1982, Contraloría General de la Federación.
 
 

En virtud de esto, como ciudadano pronosticaré sobre los personajes más idóneos para cumplir con semejante misión, más un cuerpo de ciudadanos cuyas experiencias pueden ser útiles, más un consejo externo extranjero que puede generar expectativas interesantes.
 
 
El PRI que ha pretendido partidizar a todos los miembros de órganos constitucionales autónomos (Banco de México, Instituto Federal Electoral, Comisión Nacional de los Derechos Humanos e Instituto Nacional de Estadística y Geografía), más otros que no lo son, pero son fundamentales por sus funciones como el IFAI y el órgano dedicado a las telecomunicaciones, puede proponer a los siguientes ciudadanos: Humberto Moreira, dedicado estudiante de posgrado en Barcelona que multiplicó las deudas de Coahuila; Arturo Montiel, personaje que se ha destacado por trabajar desde los 14 años y que ha sido junto con sus hijos, un empresario trasnacional con propiedades en el extranjero; Emilio Gamboa que superó el escándalo Bodenstedt y que ha trabajado de manera mediocre en mil puestos o bien a Jorge Hank, ejemplo de la multiplicación de negocios de todo tipo.
 
 

En la pelea también puede estar Romero Deschamps, ejemplo de sencillez, no obstante ser nuevo rico.
 
 

El PAN por su parte, puede proponer a la señora Marta Sahagún --aunque ya no es panista pero se sirvió del PAN--, cuya ambición la convirtió en un ejemplo para los pusilánimes; al multichambista y frustrado intelectual, Juan Molinar y al mismo Ernesto Cordero, divorciado de la realidad y de los principios fundamentales del partido creado en 1939, cuyas palabras son tan sinceras como un billete de tres pesos.
 
 

El PRD tiene diversos personajes cuasi inmaculados, como Bejarano y su señora esposa, la Padierna; el delegado de Coyoacán, Mauricio Toledo favorito de Mancera, que aparece más por escándalos que por logros; Carlos Navarrete, que no tuvo ni idea sobre el déficit de la construcción del nuevo edificio del Senado de la República, y quien sólo atinó decir en una visita a la Universidad Iberoamericana, que la auditoría estaba en marcha.
 
 
¿Por qué Navarrete nunca le preguntó a Fernando Castro, derrotado candidato priista en Baja California, del desfalco en detrimento del pueblo de México? También puede ser incluido Porfirio Muñoz Ledo, el Tayllerand de la política mexicana, que ha sobrevivido a casi todos los partidos políticos y a todos los gobiernos posrrevolucionarios.
 
 
El Partido Verde tiene dos candidatos, el eterno 'niño verde' y Arturo Escobar, quien tuvo la honestidad de reconocer en el Aeropuerto de la Ciudad de México, que el maletín con un millón de pesos no era suyo sino de su asistente.
 

El Partido Nueva Alianza está en una crisis tan profunda que no tiene candidato alguno.
 
Además se puede solicitar a los expresidentes de la República vivos Luis Echeverría –represor-, Carlos Salinas de Gortari –tecnócrata con ínfulas de escritor- Ernesto Zedillo –amigo íntimo de las trasnacionales-, Vicente Fox –exejecutivo de Coca cola y que ahora quiere desarrollar su negocio de marihuana legal- y Felipe Calderón –que desea transformar su carácter berrinchudo en energía académica- contribuyan con sus experiencias y fracasos en sus políticas públicas.
 
Como perros guardianes y asesores de seguridad de la dichosa Comisión los mejores candidatos son Genaro García Luna y Javier Lozano, aguerridos y valientes servidores mexicanos.
 
 
En el consejo asesor externo pueden estar Undargarín, yerno del Rey de España, Silvio Berlusconi, George Bush super junior, y por supuesto a los hermanos Castro de Cuba, que son el mejor ejemplo de persistencia en el poder --54 años y medio-- contra los dictados de Marx y Engels.
 
 
Con gente tan fina y tan próspera, una comisión como la que pretende el nuevo gobierno, puede ser una realidad histórica revolucionaria.
 
 

La Comisión Nacional contra la Corrupción es una idea bonita y demagógica del actual gobierno que pretender ser avalada por el Congreso Federal.
 
 
Para luchar contra la corrupción no es necesaria una comisión. Como siempre habrá intocables, aquellos intereses que el comodatario de Los Pinos no se atreverá siquiera mencionar.
 
A la historia de México me remito.

Profesor Investigador de tiempo completo de la Universidad Iberoamericana.
 
 
 

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