Mohamed Chafiki
Marruecos tiene la mira en lograr un desarrollo tecnológico acelerado. En menos de un mes, ha puesto en marcha un programa integral de modernización a través del uso generalizado de energías sustentables como la eólica y solar. También puso en operaciones el tren de alta velocidad, el primero de su tipo no sólo en ese país, sino en el continente africano y el martes pasado, lanzó el satélite Mohammed VI B con el que concluye el sistema de orbitación más avanzado en el hemisferio.
La medida ha sido una constante preocupación del rey Mohammed VI, quien ha enfatizado que "lo peor que puede hacer un país es quedarse aislado", en referencia a quedar marginado de los avances tecnológicos, ya que estos garantizan el futuro y la estabilidad de la sociedad. La orbitación del satélite Mohammed VI es una promesa cumplida de contar con un sistema de comunicación y de avances notables en distintos sectores estratégicos de Marruecos.
En poco más de un año, este país del norte de África ha dado pasos obvios hacia una acelerada modernización. El 8 de noviembre del 2017 se orbitó el primer satélite nombrado en honor al Mohammed VI A. Este año, el círculo se cierra con el lanzamiento del Mohammed VI B, con el que se marca un nuevo rumbo hacia una mayor tecnificación en la vida de la nación marroquí.
El Mohammed VI-B fue lanzado como parte complementaria de un sistema satelital que permite tomar imágenes a resolución muy alta y reducir el tiempo de revisión. Para Tajjeeddine Rachidi, doctor en sistemas de nanosatélites por la Universidad Al Akhawayn en Ifrane, ambos satélites realizarán al menos 10 pases diarios sobre el territorio marroquí, produciendo alrededor de mil imágenes en bruto por día.
Los satélites estarán bajo supervisión de la Agencia Nacional de Conservación de Tierras, Catastro y Cartografía (ANCFCC) y del Centro Real de Teledetección Espacial, basados en inmediaciones del aeropuerto de Rabat. Básicamente serán usados para monitorear los recursos forestales, dar seguimiento a los cambios del medio ambiente, la construcción urbana, el trazado de nuevas autopistas y ferrocarriles y, sobre todo, para estudiar y reducir las consecuencias de los desastres naturales.
Marruecos ha hecho grandes avances en varios ámbitos, esto se manifestó en el desarrollo de la infraestructura del país, a través de la apertura de nuevas rutas de autopistas y el primer tren de alta velocidad (TGV en francés) en el continente africano, inaugurado por el rey Mohamed VI y el presidente francés, Emmanuel Macron, el 15 de noviembre pasado, que unirá los dos polos económicos del país, Tanger y Casablanca.
A una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora, el tren une Tánger y Casablanca (340 kilómetros) en dos horas y diez minutos, en lugar de cinco horas actualmente.
La explotación de este tren permitirá aumentar casi de inmediato el tráfico de pasajeros hasta los dos millones, que se prevé suban hasta los ocho millones en unos pocos años. Además, este proyecto permitirá la creación de 2.500 empleos directos e indirectos.
El lanzamiento de programas ambiciosos como el puerto Tanger-Med es uno de los proyectos más importantes en Marruecos desde su inauguración en 2007. Situado a 45 km de Tánger (en el norte de país), y a tan sólo 14 km de Algeciras (España), es un nuevo motor económico para el país. El puerto movió en 2017 más de 50 millones de toneladas y más de 4 millones de contenedores. En su segunda fase, que debería empezar a funcionar en 2019, el puerto tendrá capacidad para mover más de 9 millones de contenedores.