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Y que me confunden con taxista de Uber

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Estaba yo el sábado sobre la avenida Barranca del Muerto esperando con las intermitentes y dentro de mi auto a que una persona comprara boletos para ver la función de las 8:30 p.m. de la obra Infidelidades –en la que aparecen Nastasha Dupeyrón, Alfredo Adame, Erika Buenfil, Omar Fierro y Laura Flores–, cuando un anciano de alrededor de 75 años se acercó a mi ventanilla del lado derecho, tocó el vidrio y me dijo: "¿Viene de U…?". Como no alcancé a escuchar bien, bajé la ventana: "Que si viene de Uber", repitió.

Durante las siguientes tres horas sonreí poco, pero no me quedó muy claro si fue porque la obra de teatro y las actuaciones eran como de plástico, o por el episodio con el anciano.

Uber fue la maravilla del año pasado. Yo lo usé unas diez ocasiones. Un episodio negativo ocurrió cuando solicité un servicio de Uber X en Polanco, pero el sistema confundió mi ubicación. Le piqué varias veces al teléfono para indicar al taxista que debía pasar por mí a la dirección correcta, sin éxito. Tristemente yo miraba cómo se movía su auto por el barrio, erróneamente. Desesperado, cancelé la solicitud y tomé un taxi regular, sólo para darme cuenta minutos después de que Uber me había cobrado de todas formas el "servicio".

Pero Uber tiene cada día creciente competencia. Una con plataforma robusta es Easy Taxi, una aplicación que crece en adeptos en más de 170 ciudades en el mundo. A diferencia de Uber, esta empresa trabaja con taxistas concesionados y tiene más de 400 mil conductores registrados. La empresa está encabezada aquí por Jaime Aparicio, quien busca continuar el crecimiento que logró en el último trimestre de 2014 (20 por ciento), sumar una ciudad nueva en México este año y consolidar sus productos empresariales, por medio de los cuales las empresas controlan de mejor forma el costo del transporte de sus empleados.

Ayer bajé la aplicación de Easy Taxi. Rápidamente apareció una alerta de que trabaja coordinadamente con la Secretaría de Movilidad del DF. Luego aparecí ubicado en el número exacto de la calle, algo que con Uber nunca ocurrió. Esta firma tiene como visión llegar a una masa crítica de usuarios para maximizar la infraestructura de taxis de las ciudades. A los taxistas registrados en este servicio se les puede pagar en efectivo o con tarjeta, y la empresa trabajará en 2015 para ampliar la aceptación de tarjetas.

De cualquier forma no todo es miel sobre hojuelas. En Uruguay, hace unos días, se inició una investigación contra dos gremiales de taxistas que impidieron trabajar a conductores que utilizan aplicaciones como Easy Taxi. Las gremiales argumentaban que estas empresas de tecnología les quieren "expropiar el trabajo". Caray.

Twitter: @SOYCarlosMota

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