Competencia 2.0

Reducir la corrupción con compras consolidadas

 

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Usted sabe que no es lo mismo comprar un lápiz que comprar un millón ya que seguramente mientras más compre, el precio y las condiciones serán mejores. Esta lógica, junto con recomendaciones de la autoridad de competencia para evitar colusión, llevó al Instituto Mexicano del Seguro Social a organizar desde hace algunos años compras consolidadas, logrando que diversas entidades de gobierno que adquieren medicamentos y otros insumos, se aglutinen para hacer una gran adquisición, logrando mejores precios.

En las últimas compras de medicamentos, vacunas y material de curación, han participado el IMSS, ISSSTE, Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina y PEMEX, así como 18 gobiernos estatales y 17 institutos de salud de la misma Secretaría. Las acciones del IMSS derivan de un trabajo de mucho tiempo y esfuerzo y genera grandes eficiencias. El IMSS ha informado que desde 2014 las compras consolidadas han permitido ahorros por 14,214 millones de pesos.

Los gobiernos de los estados que han participado se han ahorrado 1,876 millones de pesos en ese periodo.

Por ello, sorprende que ahora algunos Estados están dejando de agrupar sus compras de medicamentos e insumos en estas grandes licitaciones, sin razones claras. Parecería que se está volviendo a viejos esquemas de privilegios que incentivan la colusión y corrupción y que llegan al extremo de engaños en la administración de medicamentos y tratamientos a los pacientes como en el caso de Veracruz. De comprobarse ahí que los tratamientos eran un engaño, sería uno de los eventos de corrupción más infames de los que se tenga memoria en nuestro país.

¿Cuál sería la razón para no agrupar la compra de las diversas entidades y dejar ir enormes ahorros? No sólo en medicamentos, sino en todo tipo de bienes y servicios. No solo los Estados de Hidalgo, Coahuila, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro, Tamaulipas y Yucatán siguen sin participar, sino que los estados de Veracruz, Aguascalientes, Zacatecas, Tabasco y Campeche han decidido dejar de participar en las compras consolidadas.

La consolidación de la demanda no es el único beneficio de participar en este tipo de compras. Diversos esfuerzos han llevado a lograr ahorros, eficiencia y transparencia en estos procesos. Desde adoptar las recomendaciones para abrir las compras de medicamentos a postores internacionales y consolidarlas en grandes licitaciones a nivel nacional para proteger la competencia, hasta los avances en los estudios de mercado y el agilizar los procesos de autorizaciones que realiza la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios para generar mayor oferta. Los avances en este rubro se han fortalecido con subastas electrónicas para realizar ofertas subsecuentes de descuento.

Quizá esta decisión en los Estados tenga que ver con aquel secreto a voces entre los participantes en estos mercados que saben que si algo florece en las nuevas administraciones estatales son los distribuidores de medicamentos y equipo médico; empresas nuevas que de la noche a la mañana se vuelven los distribuidores consentidos y a los únicos que se les paga.

La compra conjunta no es la panacea y presenta retos importantes como un diseño que impulse la participación de PyMES y el análisis de los acuerdos para participar entre distribuidores y productores, pero sin duda ha servido para generar más competencia y eliminar corrupción a nivel federal y local de manera muy importante. Este esfuerzo debería ampliarse a otros mercados, como puede ser el de alimentos con fines sociales, entre muchos otros.

Las compras del Estado deben de hacerse con una estrategia clara, promoviendo la competencia y tomando todas las medidas que permitan evitar la colusión de los participantes y el tráfico de información; salvaguardando, en todo momento, los principios de eficiencia en la administración de recursos públicos.

El autor es titular de la Autoridad Investigadora COFECE.

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