Competencia 2.0

Big Data y algoritmos tramposos

 

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Últimamente se ha hablado mucho de las enormes oportunidades que presenta el manejo eficiente de la información y el procesamiento de grandes cantidades de datos para una mejor toma de decisiones. Sin embargo, no todo son buenas noticias. Existen importantes y razonables preocupaciones en materia de protección de datos personales, derechos del consumidor y cada vez más, de competencia económica.

Actualmente, la gran cantidad de información permite a los usuarios, a través de sofisticada tecnología y algoritmos, procesar una cantidad de datos que antes hubiera sido impensable. Los ejercicios de análisis pueden ser básicamente de tres tipos: descriptivos, predictivos y prescriptivos. El procesamiento de información permite anticiparse y entender mejor las tendencias y con ello realizar escenarios para los más variados fines, que van desde identificar epidemias hasta adelantarse a las preferencias de los consumidores. Existen historias interesantes como el caso del supermercado Target en Estados Unidos que, con base en un modelo de predicción, enviaba cupones de descuento para productos de bebés a mujeres que podrían estar embarazadas, incluso antes de que ellas lo supieran.

¿Qué tiene que ver el Big Data con la competencia?

A medida que aumenta la información y, con ello, las empresas que concentran grandes cantidades de datos sobre otras empresas o de individuos, se presentan retos de análisis interesantes. La información que tiene una empresa o el uso que le da, pueden generar diversos problemas de competencia.

En primer lugar, la información es un activo como cualquier otro. En este sentido, el contar con grandes cantidades de información, bajo ciertos supuestos, podría llevar a una empresa a tener poder de mercado, una posición de dominancia que algunas prácticas comerciales pudieran constituir prácticas monopólicas.

Asimismo, las autoridades de competencia alrededor del mundo han analizado cuidadosamente aquellas adquisiciones en las que se pudiera generar una importante concentración de datos y afectaciones en mercados relacionados, por ejemplo, las decisiones de la Comisión Europea sobre Facebook/WhatsApp (2014) y Microsoft/LinkedIn (2016).

En segundo lugar, la información se puede convertir en una posible barrera de entrada a los mercados. Los efectos de redes y las economías de escala son especialmente relevantes en mercados que manejan mucha información, lo que podría generar estructuras anticompetitivas y reforzar el poder de algunos jugadores. Imagine usted lo que necesitaría hacer una empresa para tener la cantidad de información que tienen hoy los sitios de redes sociales, los buscadores o las tiendas en línea.

En tercer lugar, y de manera más preocupante, los algoritmos y el análisis de datos podría dar lugar a una coordinación, incluso tácita, entre competidores, lo que podría permitir mantener un acuerdo colusorio o crear un sistema de comunicación efectivo entre competidores, de tal manera que se relaje la competencia entre ellos, incluso permaneciendo escondida la identidad de los participantes. En estos casos, será importante que las empresas tomen en cuenta la guía que la Cofece ha emitido en materia de intercambio de información.

Finalmente, los mecanismos de análisis de grandes cantidades de información podrían incluso servir a los miembros de un cártel para detectar a los competidores que no estén cumpliendo con los acuerdos entre ellos y establecer mecanismos de sanción agresivos, detonar guerras de precios o boicots.

Sin embargo, también existen usos positivos del Big Data para la aplicación de la ley. A través del análisis de información se pueden encontrar patrones y, con ello, colusiones entre competidores por parte de las agencias. Con esto se podría detectar colusión en licitaciones públicas, fraudes, corrupción o sus similares.

Ya se analizan medidas en varios países ante los retos en el uso y almacenamiento de datos. En Alemania se discute la necesidad de una autoridad de competencia para la economía digital que se encargaría de estos temas. En Estados Unidos se habla de modificar la legislación y de acciones especiales de la Comisión Federal de Comercio. La Comisión Europea acaba de publicar un reporte al respecto, y estableció que sancionará con mayor rigor a las empresas que usen softwares como mecanismos de colusión.

En México, además de las herramientas tradicionales de protección de datos y derecho del consumidor, las autoridades tienen el poder de analizar la acumulación de datos a través de las herramientas de competencia y atacar barreras o la regulación de insumos esenciales.

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