Carlos Javier Gonzalez

¿Estorba la constitución?

Debemos tener claro que mucha gente votó por cambiar las cosas y está bien. Pero los cambios se deben de hacer conforme al marco legal establecido, dice el columnista.

Es difícil comprender la razón por la que el gobierno de Enrique Peña Nieto ha desaparecido de la escena pública a partir del 1 de julio tras la victoria de Andrés Manuel López Obrador.

Las explicaciones pueden ser tantas como se le ocurra a su imaginario, que van desde aquéllas que dicen que finalmente comprendIó el repudio que ocasionó su administración –y que se vio reflejado en la "madriza" que le acomodó MORENA en las urnas- hasta aquellas que hablan de un pacto para dejar brillar desde el inicio al nuevo presidente, que aunque no está en funciones, en los hechos y en la percepción ciudadana general, está ya en franco proceso de gobierno. López Obador aún no toma posesión pero ha comenzado a hacer cambios desde el congreso, mismo que domina y que ya se encuentra en el poder. El proceso previo al primero de septiembre pareció uno de congruencia y sensatez por parte de ambos gobiernos –el actual y el próximo- pero parece ser que la toma de poder en el congreso soltó a una serie de caballos desbocados de MORENA que han hecho una serie de estupideces inexplicables desde el punto de vista de un análisis serio de políticas públicas y de cumplimiento constitucional. Sin duda alguna, la mayor de todas ha sido la aprobación de un acuerdo en la Cámara de Diputados para que la Secretaría de Educación Pública deje de aplicar las evaluaciones a los maestros sin importar que esta obligación deriva directamente del texto constitucional. Los diputados nos tiene acostumbrados a su suprema ignorancia desde hace muchos años y desde hace muchas legislaturas, pero el problema es que se entrevé una conducta en que la aplicación de la ley o peor aún, el cumplimiento de la constitución queda supeditado a la voluntad política del grupo en el poder en turno. Si no vemos la gravedad de eso, es que tenemos un gran problema de percepción de lo que es el famoso "Estado de Derecho". Esta aberración no es exclusiva del nuevo gobierno, para nada. Es algo que venimos arrastrando como parte de nuestra anormal normalidad. Baste recordar que las fuerzas armadas están combatiendo al crimen organizado desde hace 12 años al margen de la ley….y seguirán así. Ya lo dijo el presidente electo; ese mismo que los acusó de masacrar al pueblo, ahora será el jefe supremo de los masacradores y no cambiará la estrategia. Existen múltiples tonterías propias de un gobierno populista que seguramente los lectores podrán enumerar y que amenazan a sustituir una cleptocracia como la que tenemos por una ineptocracia. Consultas por aquí, consultas por allá. Vale madres la democracia representativa que tenemos en el texto constitucional. La constitución establece que únicamente pueden hacerse consultas populares junto con las elecciones federales, es decir cada tres años. Además establece requisitos para ello, como por ejemplo que la consulta sea convocada por el Congreso de la Unión previa validación de la Suprema Corte de Justicia. Todos sabemos que la supuesta consulta sobre el aeropuerto de la Ciudad de México no cumple con ninguno de dichos requisitos, y lo peor, es que a nadie parece importarle. He leído y escuchado mucho que estas violaciones a la constitución por los transformadores de la patria, son irrelevantes porque se trata de cosas buenas para la nación. Tal vez las decisiones sean buenas, pero las formas no. Como ciudadanos, debemos entender que el andamiaje jurídico constitucional con el que contamos tiene como finalidad limitar el ejercicio del poder. Por eso se divide en tantas partes, por eso hay división de poderes y división de niveles de gobierno y eso, en las teorías constitucionales modernas se considera como un nuevo derecho humano: El derecho a la no concentración del poder. Se inicia violando la constitución con elementos aparentemente superficiales pero, si se instala esa forma de gobierno, se corre el riesgo de que se viole también la constitución en los conceptos más sensibles: los derechos fundamentales.

Debemos de tener claro que mucha gente votó por cambiar las cosas y eso está bien. Pero los cambios se deben de hacer conforme al marco legal establecido y, si no les gusta, pues que lo cambien ya que cuentan con la mayoría para ello. El resto, es pura demagogia.

Twitter: @carlosjaviergon

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