Carlos Javier Gonzalez

AMLO puede ser la salvación de Peña Nieto

Parece ser que el tiempo se le agota a Peña Nieto y tal vez, sólo tal vez, su mejor aliado sea ahora López Obrador.

Enrique Peña Nieto pasará a la historia ante el imaginario popular como uno de los peores presidentes de la República al haber encabezado una administración frívola, corrupta e insensible. Varios momentos serán los que se recordarán, y no, no serán los de un presidente iniciando con la reconciliación nacional en el Pacto por México, ni el presidente de las reformas estructurales. Será sin duda el presidente de la 'casa blanca'; de los trenes cancelados sin saber por qué y por los que se tuvieron que pagar penalizaciones exorbitantes con cargo al erario público y por los que nunca se dio una explicación convincente; el de los cuarenta y tres –a pesar de que el problema se origina en un gobierno local-; el del socavón; el de la invitación a Trump a Los Pinos para darle trato de jefe de Estado a pesar de que este último nos trató –y lo sigue haciendo- como el origen de todos los males de Estados Unidos; y sin duda alguna, una larga lista de etcéteras que la gente recordará por muchos años… a menos que se decida a actuar a favor de México en los últimos meses que le quedan a su administración.

En días recientes, el Senado de la República hizo un pronunciamiento por unanimidad –cosa poco frecuente en nuestro Legislativo- en que solicitó que nuestro país comunicara a Estados Unidos la advertencia de que estaríamos dispuestos a romper toda colaboración en materia de lucha antiterrorismo, de crimen y migración por la militarización de su frontera con México, a menos que Trump comience a respetar a nuestro país. ¿Cuál fue la respuesta de México? Los huevos tibios inmediatos de Gobernación al decir que no teníamos intención de suspender la colaboración con Estados Unidos aunque el Senado lo pida. Es decir, poco importa la opinión del Legislativo, aquí lo que importa es la abyecta postura hacia un gobierno que nos tiene amenazados con vaya usted a saber que cosa, pero de que tiene control sobre el gobierno de Peña Nieto, es evidente. Es en este contexto, que Peña pierde otra oportunidad dorada para pasar a la historia como un jefe de Estado y no como un político que reacciona sin un plan de vuelo. Que se joda el Senado de la República y su opinión. Sin ingenuidades, sabemos que es difícil intentar imponer una postura fuerte al gobierno de la primera potencia del mundo y más con un troglodita como el que actualmente lo preside, pero eso no es óbice para que México muestre un poco de dignidad. No, no fue así, de inmediato se dijo fuerte y claro que lo que opine el Senado vale madres si de Estados Unidos se trata.

Qué vergüenza. Y ya que Peña no se decide a cambiar su imagen como un pésimo presidente con acciones valientes y nacionalistas, aparece como su última oportunidad de pasar a la historia con algo de dignidad con un asunto muy sencillo… pero muy complicado a la vez. Si Peña Nieto permitiera el acceso de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, podría limpiar un poco su mala imagen para convertirse en un demócrata que –sólo en ese aspecto- pudiera equipararse con Ernesto Zedillo. Pero aquí la cosa se complica, porque ¿qué pasa si AMLO gana la elección y no se le reconoce el triunfo? O peor aún ¿qué pasa si en buena lid no gana la elección y él y sus seguidores no tienen la madurez y la responsabilidad de reconocerlo? Independientemente de los aspectos jurídicos de lo que acontezca, en un aspecto puramente político, sería un gran acierto para Peña Nieto entregar el poder a quién ha sido su acérrimo enemigo y que dice un día sí y otro también de manera por demás irresponsable e irreflexiva, que dará al traste con las reformas del gobierno de Peña.

Sin embargo, es predecible que el entorno de Peña Nieto presione de manera vehemente para evitar que se entregue el poder a López Obrador –lo obtenga en las urnas o no- por un lado, y por el otro, la necesidad de Peña de pasar a la historia como algo más que un corrupto frívolo y agachón de Estados Unidos. ¿Qué prevalecerá en la conciencia del presidente Peña Nieto? Habrá que ver, pero por lo pronto López Obrador ya se refiere a él de una manera muy respetuosa y hasta presidente de la República lo llama. ¿Estarán negociando algo? Habrá que esperar y ojalá que se haga lo mejor para el país y esto sería, sin duda alguna, dejar ganar a quien la gente elija. Sea del agrado o no del gobierno en turno, y para ello también se requiere la responsabilidad de los lopezobradoristas de aceptar una derrota en caso de que eso suceda. Parece ser que el tiempo se le agota a Peña y tal vez, sólo tal vez, su mejor aliado sea ahora López Obrador.

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