Benito Solis

Se agrava la contracción de la inversión en México

Benito Solís explica que los datos de la inversión fija bruta son preocupantes; reflejan el crecimiento económico futuro del país.

La inversión fija bruta tuvo una contracción de 0.9 por ciento en noviembre pasado con respecto al mes anterior, lo que equivale a una reducción de 4.1 por ciento en comparación al mismo mes de 2016. La industria de la construcción fue el sector más perjudicado, con una tasa de menos 6.5 por ciento, siendo afectadas tanto la construcción residencial como la no residencial (menos 7.1 por ciento y menos 6.0 por ciento, respectivamente). Por su parte, la inversión en maquinaria y equipo registró también datos negativos (menos 1.1 por ciento), siendo la nacional la más impactada con una caída de 7.0 por ciento, destacando la inversión en equipo de transporte, con una tasa negativa de 18.8 por ciento en noviembre en comparación al mismo mes del año anterior.

Estos datos son preocupantes porque la inversión explica el crecimiento económico futuro, lo que equivale al incremento en el ingreso nacional. En la medida en que se reduzca la inversión habrá reducción en la generación de empleos, menor incremento de los sueldos y salarios reales, así como un descenso en el consumo en la economía. Esto se confirma con el menor dinamismo actual de la producción industrial, la cual muestra un incremento de sólo 0.1 por ciento en el pasado diciembre. Por su parte, la ventas nominales de tiendas iguales de las empresas agremiadas a la ANTAD tuvieron un incremento en enero de 3.9 por ciento, el cual es inferior a la inflación de 5.55 por ciento en el mismo periodo, es decir, ya están registrando una disminución en términos reales.

Esta menor inversión es especialmente preocupante en el actual ciclo de la revolución tecnológica en el que está inmersa la economía global. Los procesos productivos están siendo transformados (en ocasiones de manera radical) como resultado del nuevo entorno informativo y robótico. En menos de una década gran número de las plantas manufactureras en el país serán obsoletas, por lo que se requiere que empiecen a modernizarse. El hecho de que México sea competitivo de manera global por disponer de abundante mano de obra barata ya no será tan relevante: ya que una persona no puede competir de manera eficiente contra robots que pueden trabajar día y noche sin cansarse, se requiere que los trabajadores se capaciten y puedan competir en el nuevo entorno del futuro.

Los países que muestran mayor crecimiento en la actualidad, como China y Singapur, tienen una inversión como porcentaje del PIB superior a 40 por ciento, mientras que en México es la mitad de este porcentaje y sigue reduciéndose.

Las principales razones que explican esta baja inversión en el país son las prioridades en el gasto público, que ha reducido el porcentaje que dedica a este concepto y las expectativas que tienen los inversionistas privados. En la encuesta de enero de 2018 levantada por el Banco de México entre especialistas en economía del sector privado, solo 9.0 por ciento indica que el actual es "buen momento para realizar inversiones".

Por otro lado, indican que el principal factor que obstaculiza el crecimiento económico es la incertidumbre política interna, con 24 por ciento de las respuestas, mientras que el segundo factor son los problemas de inseguridad pública con 15 por ciento y el tercero es la incertidumbre sobre la situación económica interna con 8.0 por ciento.

Una posible interpretación de la encuesta anterior es que entre los inversionistas existe preocupación por el resultado de la elección presidencial en julio próximo, en la formación del Congreso de la Unión y en los nombramientos de los próximos funcionarios públicos, que pudieran cambiar las reglas para la operación de las empresas.

De ser cierta esta interpretación, es probable que se tenga una mayor contracción en las inversiones en los siguientes meses, que se reflejará en un mayor debilitamiento en el tipo de cambio, una reducción en el dinamismo económico y menores sueldos reales, es decir, el incremento en el ingreso promedio de los trabajadores y los empleados estarán por debajo de la inflación.

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