Benito Solis

Impacto de los aranceles al acero y aluminio

El columnista detalla algunos de los efectos que tendrán estos aranceles en el entorno económico.

Mazatlán, SIN.- El gobierno de Estados Unidos ha proseguido con su política de imponer restricciones al comercio internacional, con el aparente objetivo de reducir su elevado déficit comercial. El mismo fue de 863 mil millones de dólares el año pasado, que equivale al 4.5% de su PIB y uno de los más elevados de los pasados años. En esta ocasión aplicó el impuesto de 25% a las importaciones de acero y del 10% a las de aluminio, mismos que había exentado a nuestro país, a Canadá y a los países europeos, cuando entró en vigor esta medida general en marzo pasado.

Tanto Europa como Canadá han demandado ante la Organización Mundial del Comercio la eliminación de estos impuestos, organismo existente para resolver este tipo de controversias. Por su parte se anunció que México hará lo mismo, pero usando el mecanismo correspondiente en las disposiciones del TLCAN, el cual sigue operando en su formato anterior.

Esto será un importante reto para la OMC, que por sus características puede tardar varios meses o incluso años en resolver la controversia. Un problema adicional que tiene es que no dispone de mecanismos para obligar a la nación a respetar sus veredictos, lo cual puede influir en la misma desaparición de este organismo, que tendría graves consecuencias para el comercio mundial. Hay que recordar que al final de la Segunda Guerra Mundial se crearon varias instituciones globales para fomentar el comercio y la inversión mundial, como son el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la misma OMC para elevar el nivel de vida de la población mundial. Esto se consideró como un medio para evitar que se repitieran las conflagraciones como las sucedidas en la primera mitad del siglo pasado.

El proponer elevar los aranceles a las importaciones parte de un diagnóstico erróneo al considerar el déficit comercial como una salida de patrimonio de un país hacia otro. Esta política es cercana al mercantilismo que estuvo vigente hace varios siglos y que ahora se considera obsoleta, la cual pretendía que los países acumularan metales preciosos como símbolo de riqueza. En realidad la situación es la contraria, ya que Estados Unidos adquiere materias primas y automóviles, petróleo y frutas, así como miles de otras mercancías que paga con papeles impresos sin valor intrínseco. Esto permite que el nivel de vida de los norteamericanos sea superior a lo que tendrían si no hubiera este comercio internacional. Restringir el comercio reduce el consumo de la población norteamericana por diversas vías. Por otro lado el país responsable de la caída en el precio mundial del acero es China, por la excesiva capacidad instalada que tiene.

Entre los diversos efectos que estos aranceles impondrán en el entorno económico están: 1) No se reducirá el déficit comercial de los Estados Unidos e incluso puede tener el efecto contrario, por la posible apreciación del dólar. 2) Esta medida de presión en contra de los gobiernos de Canadá y de México dificultará llegar a un acuerdo en la negociación del TLCAN. 3) Se dificultarán las negociaciones de Estados Unidos con otros países, al ser considerado como un socio no confiable. 4) Los mayores aranceles elevarán la inflación, lo que puede impactar en sus tasas de interés, perjudicando a los mismos consumidores que pretende ayudar. 5) Las represalias de los otros países elevando sus aranceles como medida compensatoria pueden iniciar una "guerra comercial", con un impacto negativo en la actividad comercial mundial, como sucedió en la década de los 30's en el siglo pasado.

En conclusión, el aumento de aranceles no reducirá el déficit comercial que tiene Estados Unidos e incluso puede incrementarlo. Sin embargo, si puede elevar la inflación en ese país, incrementar las tasas de interés e incluso provocar una desaceleración económica o una recesión a nivel mundial.

COLUMNAS ANTERIORES

El proximo gobierno enfrentará una economía muy deteriorada
Autonomía del Banco de México, base de la fortaleza del peso mexicano

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.